Lope de Vega, "Fénix de los ingenios"
En esta sección Pepe Labad y Gonzalo Arjona nos recomiendan lecturas y en este caso nos hablan de uno de los poetas y dramaturgos más importantes del Siglo de Oro, Lope de Vega
455 aniversario de Lope de Vega / El País
En "El anaquel de los libros" los escritores José Luis Labad y Gonzalo Arjona nos han hablado de uno de los poetas y dramaturgos más importantes del Siglo de Oro y uno de los autores más prolíferos de la literatura universal, Lope de Vega Carpio que hoy cumpliría 458 años.
Miguel de Cervantes le denominó como "Fénix de los ingenios y Monstruo de Naturaleza" . Lope fue uno de los máximos exponentes, junto a Tirso de Molina y Calderón, del teatro barroco español, sus obras siguen representándose en la actualidad y constituyen una de las cotas más altas alcanzadas en la Literatura y las artes españolas. Fue también uno de los grandes líricos de la lengua castellana y autor de varias novelas y obras narrativas largas en prosa y en verso.
Procedente de una familia humilde natural del Valle de Carriedo, en Cantabria, era hijo de Félix de Vega, bordador de profesión, y de Francisca Fernández Flórez. Fue un niño muy precoz, pues a los cinco años ya leía latín y castellano, a la vez que comenzaba a componer sus primeros versos.
A lo largo de su vida, Lope de Vega fue militar y secretario de varios nobles para ganarse la vida, pero su conducta desordenada no le permitió lograr ningún título académico. Años más tarde estudió gramática con los teatinos; y matemáticas en la Academia Real, también sirvió de secretario al Marqués de las Navas; pero de todas estas ocupaciones le distraían las continuas relaciones amorosas. Elena Osorio fue su primer gran amor, inspiradora de muchos sus versos.
Lope era la moda, la gente vestía y actuaba como él. Además, cobraba una media de 500 reales por comedia a principio del siglo XVII.
Acabó por tomar los hábitos del sacerdocio, fruto de una profunda crisis existencial, impulsada quizá por la muerte de parientes próximos. A esta inspiración responden sus Rimas sacras y las numerosas obras devotas que empezó a componer entonces, así como el tono meditativo y filosófico que asoma en sus últimos versos. Sin embargo, en ningún momento dejó de escribir día y noche.
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Lope de Vega, "Fénix de los ingenios"
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