Gameiro tuvo en sus pies el final feliz del Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Valencia

Con el poder de influencia que dice tener Anil Murthy incluso en la parcela deportiva del equipo, eligiendo jugadores en la pretemporada, ya podría hacerse fuerte en la Federación y La Liga y pedir que la primera media hora de los partidos del Valencia carezcan de validez. Porque otra vez volvió suceder. El equipo de Gracia volvió a salir tarde al partido y a punto estuvo de costarle muy caro 'tirar' la primera parte, como le ocurrió en Vigo y Elche. Falta de concentración (gol nada más empezar de Ximo Navarro), errores colectivos e individuales (penalti de Guillamón que transforma Lucas en el 2-0) y todo apuntaba a desastre que dejaba como espejismos los dos últimos partidos ante el Getafe y el Real Madrid.

Pero el Dr. Jekyll sufrió una transformación en Mr. Hyde para alegría del valencianismo, que se quedó a un paso de darle la vuelta al partido en la segunda parte. Ocasiones tuvieron para ello: dos las convirtieron en gol y hasta cuatro claras acabaron desbaratadas por muy poco. Tras este partido, se confirma que Gracia es un entrenador más que notable... en los descansos. Porque queda claro que sabe tocar el botón de motivación que muchas veces no pulsa antes de empezar los partidos. Así se explica que jugadores con un rendimiento muy bajo en los primeros 45 minutos sean otros distintos en la segunda parte. Casos como Cheryshev, Guedes, Gameiro, Guillamón...

Y no sólo en lo motivacional sino moviendo sus fichas. Como le ha ocurrido en otros partidos: ha conseguido con la entrada de Vallejo darle otro impulso al equipo de cara a la portería contraria. El gaditano fue clave, haciendo lo suyo y activando a Guedes, Yunus y Gameiro. Precisamente de su sociedad con el francés nació el primer gol del Valencia, obra del propio Vallejo, que tuvo en sus pies otra para empatar, como antes Cheryshev. Pero sería a balón parado, con un centro frontal de Carlos Soler a Guillamón, cómo con un testarazo del joven central llegaría el gol del empate.

Con el Alavés rendido, dando algún coletazo como un tiro del 'refresco' Manu García, el Valencia tuvo la oportunidad de completar con final feliz la radical conversión de una parte a otra. En los ocho minutos de prolongación, primero Gameiro mandando a las nubes un mano a mano con Pacheco (la más clara) y después Vallejo con un último lanzamiento tuvieron en sus pies la posibilidad de marcar el gol de la victoria, pero el Valencia se tiene que conformar con arrancar un punto, algo que sonaba a quimera poco antes del descanso.

Ojo a la lesión de Gayà

Y cuidado porque lo peor que puede dejar el partido es el alcance de la lesión muscular sufrida por el capitán en los últimos minutos. Su gesto de llevarse la mano al muslo llevó inmediatamente al valencianismo a llevarse las manos a la cabeza y a juntar las manos rogando que sea lo mínimo posible, porque este equipo necesita de la combustión del motor Gayà. El capitán se suma a la larga lista de damnificados en la vuelta a la Liga tras los partidos de selecciones (Busquets, Sergi Roberto, Gayà...). Y ahora a esperar diagnóstico exacto y plazo de recuperación los próximos días.

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