Humildad
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Comentario Alberto Menéndez 19.11.20
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Asturias
No están los tiempos que vivimos para frivolidades ni para que los políticos, sean del signo que sean, den lecciones de nada a nadie. ¿O es que alguno de ellos cuenta con la solución para acabar con la pandemia que nos asola? No. Así de rotundo. Pues con eso basta. No hay discusión posible. Otra cosa es lo que opinen unos y otros, cuáles serían, o son, si es que gobiernan, sus recetas para intentar aplacar los males del coronavirus.
No hay ninguna comunidad autónoma, ninguna, que haya logrado esquivar con éxito a la Covid19. A lo máximo que se ha llegado es a contener temporalmente su propagación. Eso fue lo que sucedió en Asturias en los meses de verano. En Madrid, en septiembre, los casos aumentaron a un ritmo desproporcionado, de manera alarmante, mientras que en la actualidad parece que los contagios han disminuido. En contraposición, los datos del Principado ahora son de los peores del país.
¿Qué conclusiones se pueden sacar de lo sucedido en ambas autonomías en los últimos meses? Pocas, por no decir ninguna. Bueno sí, una sobremanera, que no hay varita mágica. En la guerra contra el coronavirus todos han fracasado en sus respectivos ámbitos de gobierno, tanto el PSOE, como el PP o lo partidos nacionalistas, al igual que lo han hecho también sus correligionarios en el resto de los países.
Por eso extraña tanto la intervención de ayer de la portavoz del PP en la Junta General del Principado, Teresa Mallada, poniendo a la presidenta del ejecutivo autonómico de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (de forma osada rayana en la temeridad) como ejemplo a seguir en la gestión de la pandemia. Y acusando por otro lado al presidente del Principado, Adrián Barbón, de haber vendido en el verano "el milagro asturiano a golpe de talonario", algo que por cierto no se corresponde con la verdad, ya que si hay algo en lo que ha insistido hasta el hartazgo el líder socialista asturiano, siempre, fue en el peligro del rebrote del virus en la región.