Carmen Orte: "Al bienestar social se le han roto las costuras con la pandemia"
La doctora presenta el Anuario del Envejecimiento de la UIB que repasa la situación de los mayores en la pandemia
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Presentación del Anuario del Envejecimiento de Balears / UIB
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Palma
Al bienestar social se le han roto las costuras. El Anuario de Envejecimiento de la Universidad de las Islas Baleares analiza este año la situación de los mayores durante la pandemia. Desde cómo influyó el cierre de los casales de barrio en la vida de los ancianos durante el confinamiento a los beneficios que supuso el Servicio de Ayuda a Domicilio que siguió trabajando a pleno rendimiento. Una de las principales conclusiones del estudio es que la llegada del coronavirus ha puesto de relieve las grietas de un sistema que funciona de forma más o menos organizada si no hay situaciones excepcionales.
La doctora Carmen Orte, directora del anuario, explica que el trabajo no ha dejado pasar de largo la afectación que la pandemia ha tenido en el grupo de la tercera edad. Una de las conclusiones pone sobre la mesa las dificultades para afrontar el confinamiento de los grupos que viven de una pequeña pensión en habitaciones alquiladas en pisos compartidos. El cierre de los casales ha supuesto un importante golpe para esos grupos que precisan de los recursos públicos para poder contar con sus necesidades básicas cubiertas. Orte concluye que los recursos del sistema son claramente mejorables y es preciso adaptarlos a las personas.
La directora insular de Gent Gran del Consell de Mallorca, Sofía Alonso, ha realizado el estudio sobre el Servicio de Ayuda a Domicilio que se ha descubierto como uno de los sistemas que mejor comportamiento ha tenido durante la pandemia. Una alternativa para recibir atención en casa que reduce considerablemente el riesgo de contagio. Seguir en su entorno, dice Alonso, permite a los mayores mejorar y mantener sus rutinas.
Alrededor de 3.500 personas en Mallorca viven en residencias, en grandes centros con más de cien personas y normalmente habitaciones compartidas. Los espacios no respetan el tema de los metros y, por eso, se ha tenido que cambiar y trabajar de la mano con Salud para adaptarlo a la situación. Una residencia, dice Alonso, no está preparada para una pandemia igual que no lo está una casa.