Vascos hasta tres veces aislados: "Piensas si hubiese sido mejor contagiarse para no confinarse otra vez"
Cientos de vascos llevan ya más de dos cuarentenas desde el final del confinamiento de primavera
Bilbao
En torno a un 33% de los vascos se han sometido a algún tipo de tests de coronavirus desde que comenzó la pandemia allá por marzo. Concretamente, 743.664 personas, a datos del pasado 8 de noviembre, se han sometido a una prueba diagnóstica de COVID-19 en Euskadi.
Sobre el total de la población vasca, a datos de 2019 —el Gobierno vasco se está sirviendo de los datos del Eustat de ese año para calcular la incidencia acumulada—, el porcentaje de población es concretamente un 33,98%. Sin embargo, ese porcentaje es algo menor en realidad, ya que hay que descontar a aquellas personas con residencia fuera del País Vasco a las que se les ha hecho un test aquí.
En cualquier caso, el total de pruebas diagnósticas hechas en Euskadi es de 1.388.158. Una cantidad ingente en comparación a las pruebas por habitante que se hacen en otras Autonomías. Hay personas que dan positivo y sólo se tienen que someter a un test diagnóstico, ya que a los 14 días de cuarentena se les deja salir del aislamiento si en sus últimas tres jornadas de aislamiento no presentan ningún síntoma de la COVID-19, ya que así está previsto en los protocolos de Osakidetza.
Sin embargo, hay otros que se tienen que hacer no una o dos pruebas... sino hasta tres y cuatro porque se tienen que someter a más de una cuarentena. Salud nunca ha ofrecido una cifra de cuántas personas han tenido que someterse a esta situación pese a que la Cadena SER ha solicitado acceso a esos datos. En cualquier caso, son varios cientos las personas que han tenido que someterse a más de un confinamiento después del gran encierro en casa durante primavera.
Dos ejemplos de estos casos son Pere y Jon. Pere está ahora mismo terminando su segundo aislamiento. El primero lo hizo entre finales de septiembre y principios de octubre; este segundo comenzó el pasado domingo. Sus dos compañeros de piso y otros dos amigos se juntaron con él para jugar a un juego de mesa. Frente a quienes critican a los jóvenes por irresponsables, él defiende que hicieron las cosas "bien", ya que nadie más se ha contagiado entre los que estuvieron en aquella partida.
Pere Grau: "Hicimos las cosas bien"
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Jon ha tenido sus dos aislamientos durante el mismo mes: del 1 al 9 de octubre y del 20 al 30 de ese mes. El primer lo provocó un cliente de sus despacho; el segundo, su mujer. Con el aislamiento de su esposa, cuenta con sorna que por primera vez le ha tocado dormir en el sofá "sin discutir".
Jon: "Me he tenido que ir a dormir al sofá por primera vez sin discutir para mantener el aislamiento"
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Ambos reconocen que, llegado el segundo aislamiento —el tercero, contando el confinamiento de marzo—, han pensado en lo que se habrían ahorrado si se hubiesen contagiado durante su primera cuarentena. Jon reconoce que llega a pensar si habría sido mejor coger la COVID-19, pero lo descarta por "las complicaciones que genera la enfermedad".
Pere Grau: "Si pudiese elegir contagiarme con unos síntomas leves, yo lo firmaba"
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Pere admite que él sí que lo haría si el cuadro que desarrollase "fuese de dos síntomas leves", pero "con la de muertes que se ha cobrado el virus", no se moja. Pese a todo dice que desearía tener "carta libre para ahorrarse las cuarentenas", ya que aquellos infectados de coronavirus que están en contacto con un positivo en los tres meses posteriores a su contagio no deben guardar cuarentena, ya que Osakidetza entiende que en ese periodo no es posible que un positivo haya perdido los anticuerpos que le defienden contra la COVID-19.
Sorpresa por no haberse contagiado
Al hablar con ellos, tanto Pere como Jon coinciden en dos puntos en los que inciden de un modo particular: el cansancio mental experimentado durante el segundo aislamiento y lo llamativo que les resulta haber estado dos veces en situaciones de riesgo de contagio sin haber contraído la COVID-19. Jon, otra vez con sorna, afirmaba que parecía como si el virus "huyese" de él.
En el caso de Pere, dice que le resulta muy llamativo, porque su primer aislamiento lo provocó un compañero de piso que no contagió a nadie pese a que uno de ellos, según cuenta el joven, compartió una pizza con el positivo horas antes de que apareciesen los síntomas.
Jon también apuntaba una sugerencia: pensar en un mecanismo para aquellos autónomos que tengan que guardar cuarentenas y regenten negocios que impliquen atención al público. "Yo me he podido apañar con mi portátil, pero esa gente no puede y la Administración no lo cubre. De todas estas situaciones, me parece lo más injusto", manifestaba.
José Manuel Navarro
Periodista e historiador. Murciano. Ahora aquí y en Crónica Vasca. Antes, en Radio Bilbao, Radio Murcia...