Barbón, desbordado

Asturias

El presidente del Principado, Adrián Barbón, está desbordado; se ha visto superado por los acontecimientos derivados de la pandemia. Y eso que se había preparado para ello, para intentar hacerle frente, insistiendo una y otra vez en que el rebrote del coronavirus llegaría y que no nos podía coger por sorpresa. Pero la segunda ola de la COVID 19 está golpeando en Asturias muy por encima de lo esperado y ha dejado al jefe del ejecutivo autonómico muy tocado, descolocado, como sin capacidad de reacción.

Y es que, ciertamente, visto como había transcurrido el verano en la región, con 25 días consecutivos sin ningún caso de COVID confirmado, no era previsible lo que está pasando en las últimas semanas, llegándose a los 605 positivos conocidos hoy, la cifra más elevada en lo que va de pandemia, con 133 personas ingresadas en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales de la región y 823 más en el resto de plantas sanitarias.

Pocos presidentes autonómicos habrá, por no decir ninguno, tan preocupados como Adrián Barbón por el comportamiento del coronavirus. En la lucha contra su expansión ha basado el presidente del Principado todas sus políticas desde el pasado mes de marzo. Ha sido y es su gran obsesión, por eso se entiende que ahora no sepa cómo responder, qué hacer para poner freno a la COVID y a la presión hospitalaria que ésta lleva consigo. La única solución que vislumbra en este momento es el autoconfinamiento voluntario de la ciudadanía, ya que asume, como dijo en una entrevista, "que pocas medidas quedan por adoptar", lo que implica que desconfía del Gobierno central y de que éste acepte el confinamiento de la población que le había reclamado Barbón hace ya una semana como única opción para poner coto a la pandemia en Asturias.

Desgraciadamente el virus sigue expandiéndose. Y Barbón se muestra cada vez más agobiado.