Todos novatos

Asturias

En el debate sobre el estado de la región todos los intervinientes se estrenaban como portavoces de sus respectivos grupos. Se notó. Y no precisamente para bien. Aunque en descargo de todos ellos hay que señalar que el de este año no era precisamente un pleno de orientación política del Gobierno fácil para estrenos. La pandemia acaba con todo y con discusiones parlamentarias como la de esta semana en la Junta General también. Los ciudadanos no están para politiquerías, que es, desgraciadamente, en lo que se está convirtiendo la política. Visto lo que se ve en el Parlamento de la nación qué se puede esperar de lo que suceda aquí, en una humilde cámara legislativa autonómica.

Todo el debate fue previsible, excesivamente previsible. Y así es muy difícil de llegar, de interesar a la opinión pública. Lo que esperan los españoles en general, y en este caso los asturianos en particular, es que sus políticos den un paso al frente y muestren alguna idea imaginativa o, al menos, hagan alguna propuesta conjunta de cierto fuste que permita pensar a la ciudadanía que son posibles actuaciones por encima de esos intereses partidistas que todo lo pueden, incluso en momentos tan críticos como los actuales.

El presidente del Principado, Adrián Barbón, tenía muy claro cuál debía ser su estrategia en el debate: la lucha contra la Covid 19. Lo llevó a rajatabla. De enredarse con otras cuestiones, nada de nada. Lo cierto es que el jefe del ejecutivo no pasó por grandes agobios. Sólo la nueva lideresa del PP, Teresa Mallada, lo intentó acorralar, aunque debido quizás a su falta de tablas, se quedó a medio camino. Fue un sí pero no de ambos, sin nada que llamara realmente la atención en su cara a cara.

Ciudadanos mostró que está ahora a medio camino de no se sabe qué y a Podemos el debate solo le sirvió para dejar patentes sus descosidos internos. IU, como ya es habitual, y Foro, están dispuestos a llegar a acuerdos con el PSOE. Vox, no, ni con el ejecutivo ni con nadie.