Cierres perimetrales al virus... y al odio

Comentario Marisol Delgado 26.10.20
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Asturias
Cierres perimetrales en Oviedo, Gijón y Avilés, y en toda Asturias. Las quejas y los improperios - y no precisamente de quienes peor lo están pasando- no tardan en aparecer. No arreglan nada, pero consiguen desgastarnos psicológica y anímicamente ante una situación para la que necesitamos estar fuertes.
Quizá debamos asumir la responsabilidad de poner también cierres perimetrales a la negatividad rumiativa y destructiva que se expande en aerosol, como el virus, por los medios y las redes sociales.
Necesitamos ponernos algún tipo de cordón sanitario ante la bilis online excretada para enmierdar. Por higiene mental. Igual que la semana pasada se generó un contundente, aunque lamentablemente poco sólido, cierre perimetral en el congreso a quienes quieren sembrar odio sin generar ni una sola solución, ni una sola propuesta. Porque "el odio termina estupidizando", nos lo dijo José Mugica el otro día en su despedida de la política activa.
Lo cierto es que, en esta pandemia, no nos libramos nadie de nuestra parcela de culpa, ni la ciudadanía, ni los gobiernos autonómicos, ni el gobierno estatal, ni la oposición, ni las autoridades sanitarias a nivel europeo y mundial.
Nos vendría bien dedicar nuestras energías a unirnos, a cuidarnos y a cuidar a quienes podamos. Solo así lograremos salir de esto.
"El amor siempre vence al odio", se lo escuché la semana pasada a la diputada Aina Vidal.
Pues eso.