Por fin, el PP de Mallada
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Comentario Alberto Menéndez 22.10.20
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Asturias
Trece meses después de la dimisión de Mercedes Fernández como presidenta regional del PP, el principal partido de la oposición asturiana ya tiene sustituta, Teresa Mallada. Más de año y medio sin liderazgo es algo no sólo llamativo sino también muy preocupante, que merecería un análisis en profundidad por parte de unos políticos que se consideran alternativa de gobierno tanto en España como en el Principado. Por lo menos, para no repetir en el futuro los mismos errores.
Lo malo para el PP es que lo sucedido desde septiembre de 2019 (es más tiempo, ya que las desavenencias de Mercedes Fernández con Casado venían de atrás) es lo habitual en el seno de la derecha asturiana. El PP regional es un partido cargado de crisis a lo largo de su historia. La propia Mercedes Fernández llegó a la presidencia de forma extraordinaria, colocada por Mariano Rajoy, después del hundimiento de la organización tras el cisma protagonizado por Francisco Álvarez-Cascos. Igual había sucedido con el anterior líder de la formación, Ovidio Sánchez, que se hizo cargo del PP asturiano de manera excepcional, a instancias precisamente de Álvarez-Cascos, para intentar poner orden al lío interno montado en torno al hasta ahora único presidente del Principado que han tenido los populares, Sergio Marqués.
No es que el PP no tuviera presidente, es que no tenía tampoco secretario general. Luis Venta fue cesado casi a la par que Mercedes Fernández y hace unos días expulsado del partido. No había por lo tanto ninguna persona al frente de la formación. Su imagen, su cara ante la opinión pública la ponía su portavoz parlamentaria, Teresa Mallada, pero sin mando efectivo, sin cargo, sin autoridad para ejercer como presidenta. Por eso no se entiende por qué no se adoptó antes la decisión tomada esta semana. Y ya que tardaron tanto, ¿no hubiese sido mejor, más democrático, haberla elegido en un Congreso?