Primera jornada de huelga en los 'jantokis': "Tenemos 37 alumnos por monitora"
UGT, ELA, CCOO y LAB han convocado huelga otras dos jornadas: los días 27 y 29 de octubre

"Las cargas de trabajo han aumentado teniendo el mismo número de horas de trabajo", Naroa López, trabajadora de comedor
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Vitoria
Al grito de "jangeletan lanaldiak handitu" las trabajadoras de los comedores de los colegios de Vitoria se han concentrado frente a la Delegación de Educación del Gobierno Vasco en una manifestación convocada por los sindicatos ELA, LAB, CCOO Y UGT.
Denuncian que, en esta situación de pandemia, las cargas de trabajo a las que se enfrentan son inasumibles: "En comedores donde antes había dos horas de trabajo con dos turnos de comidas, nos encontramos con que seguimos con dos horas, pero ahora con tres turnos y con el aumento de hacer limpiezas entre cada turno", explica Naroa López, trabajadora de un comedor. Además, aseguran que no está garantizado ni el cambio de ropa diario ni se proporcionan mascarillas en todos los centros.
Por eso, solicitan al consejero de Educación que mejore las condiciones laborales y que se contrate más personal. "Tenemos 37 alumnos por monitora y las burbujas que se plantean en la mayoría de centros es de 25", asegura López. Sin embargo, en la reunión que los sindicatos mantuvieron con el Gobierno Vasco el 20 de octubre, la institución asegura que se cumplen las medidas necesarias.
Además, también solicitan que se garantice el mantenimiento de empleo, ya que no todos los profesionales están trabajando actualmente porque muchas familias han prescindido del servicio, pese a necesitarlo.
Otras familias, en cambio, no pueden prescindir del comedor sin comprometer la conciliación y, esta huelga, que también está convocada para los días 27 y 29 de octubre supone un reto para esas familias.
Gorka Campo, presidente del AMPA del colegio Angel Ganivet advierte que hay padres y madres que, sin servicio de comedor, tienen que "coger el coche, ir a por una hija, dejarla en casa comiendo, ir a por la siguiente hija, llevarla a casa, que coma, llevar a la primera, dejarla allí, esperar en el coche y volver a llevar a la otra y comer en el coche". Aún así, las familias y AMPAS entienden la situación: "Entendemos que el monitorado tiene que reclamar sus derechos y unas condiciones laborales seguras, pero esta situación no nos ayuda", explica Ana Arroyo, vicepresidenta del AMPA del CEIP Umandi.
Por otro lado, hay cuatro centros en Vitoria que no han abierto el servicio de comedor, dejando a las familias más desfavorecidas sin la única comida completa diaria del niño o niña.