Día Internacional del Cáncer de Mama
La Firma de Javier Blanco
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"Día Internacional del Cáncer de Mama", la Firma de Javier Blanco
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Palencia
Quiero aprovechar la fecha de hoy para recordar que se celebra el “Día Internacional del Cáncer de Mama”. Ojalá no hubiese que celebrarlo, pero la realidad es a veces muy tozuda y conviene al menos no olvidar. Y la ocasión me anima también a darle a “La Firma” un toque reivindicativo.
Las cifras son aterradoras: 33.000 españolas son diagnosticadas cada año de cáncer de mama. En Palencia, en los diez primeros meses del pasado año se diagnosticaron 85 casos positivos de las 7.123 mamografías realizadas.
Según un estudio elaborado por la Asociación Española Contra el Cáncer un 34 por ciento de las afectadas ha perdido el trabajo a causa de la enfermedad y el 42 por ciento ha perdido todos los ingresos; ahora, con el Covid-19, ha ascendido al 50 por ciento. Una vez más es la mujer quien resulta más damnificada en una situación comprometida.
El cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres y el que mejor pronóstico tiene: casi el 90 por ciento lo supera. Por eso la prevención es clave para poder afrontar la enfermedad. Sin embargo, las secuelas no son solamente físicas o psicológicas; los datos vienen a refrendar que también están las económicas. Además de la pérdida de empleo y de ingresos se suman los gastos asociados a los tratamientos que dejan las secuelas y que no cubre el sistema sanitario español. Por eso, las asociaciones exigen una mayor protección social para las afectadas. El asunto no es baladí.
La Asociación Española Contra el Cáncer es un ejemplo más de cómo las organizaciones cubren las carencias y deficiencias donde el Estado no llega. Y lo hacen con un método que las obliga a recurrir a la caridad, a las aportaciones voluntarias de los ciudadanos a través de rifas, subastas, marchas y todo aquello que sirva para recaudar fondos que mantengan sus programas o, incluso, impidan su desaparición. Ejemplos también tenemos en los Centros de Investigación, imprescindibles en la lucha contra la enfermedad.
Los dirigentes políticos son los primeros que animan a poner en marcha proyectos, te venden una milonga con ayudas raquíticas, pero que no dudan en reducir o suprimir cuando llega la crisis.Es poner la zanahoria delante del burro, con perdón.
De la caridad veníamos y, mucho me temo, que en la caridad seguimos. ¿Dónde está el Estado del bienestar, el Estado benefactor en las épocas de crisis?