Barbón y la pandemia

Comentario Alberto Menéndez 15.10.20
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Asturias
El presidente del Principado, Adrián Barbón, pasó un verano más o menos tranquilo. Su gran preocupación, o mejor habría que decir su única preocupación desde el mes de marzo, el coronavirus, permaneció estancado en la región durante semanas, no contabilizándose ningún caso a lo largo de 25 días. Asturias se situó entre las autonomías con mejores resultados en la lucha contra la COVID 19 y su Gobierno fue puesto como ejemplo de buena gestión.
Barbón se convirtió así en centro de la atención política nacional. Y, lógicamente, se aprovechó de ello. Intentó y logró sacar rentabilidad de los buenos datos cosechados. Pero con un pero: que centró la actuación de su Gobierno en exclusiva en la pandemia, olvidándose de las gravísimas consecuencias del virus en la vida general de los asturianos en su conjunto: en la economía fundamentalmente, pero también en la educación, o en la cultura, o en el ocio. O, incluso, en la misma sanidad, al margen de lo relacionado con la epidemia.
El jefe del ejecutivo asturiano se ha ido poniendo excesivamente tenso a medida que han ido aumentando el número de contagiados en la comunidad, algo que él mismo no se cansó de repetir que podría pasar (aunque probablemente no pensara realmente que ello fuera a suceder). No debe Barbón dejarse llevar por la ansiedad. Hablar como hizo el miércoles de un posible cierre total de la región si los datos empeoran no es bueno ni para él ni para Asturias. No es momento para los alarmismos. Se han tomado medidas para intentar poner fin al rebrote y lo que se espera del Presidente del Principado es que se muestre convencido de que se va en el camino correcto. A no ser que él sepa cosas que el resto de asturianos desconoce, que seguro que no es el caso.
Hasta el momento Barbón ha contado con la colaboración, implícita o explícita, del resto de los partidos asturianos en la lucha contra el coronavirus. Ha habido críticas, ¡faltaría más!, pero dentro de la lógica cortesía parlamentaria. Lo que no es poco en los alocados tiempos políticos que vivimos.