Con el agua al cuello

Asturias

La segunda ola del coronavirus ha dejado a la mayor ciudad de Asturias en alerta naranja. El Principado adopta esta medida tras detectar que el 40% de las nuevas infecciones se localizaban en Gijón. No se prevén, de momento, nuevas medidas restrictivas, pero es todo un aviso a navegantes de que la situación no está ni mucho menos controlada. Solo nos queda el camino de concienciarnos aún más en las medidas preventivas, para evitar el confinamiento, que nos dejaría en una situación límite tanto anímica como económica. Hemos bajado la guardia, lo que es explicable y hasta justificable. Recuerden al presidente del Gobierno anunciarnos al inicio del verano que habíamos vencido al virus y animándonos a viajar y consumir. Pues resulta que hemos seguido al pie de la letra sus instrucciones y así estamos. En burbujas sociales. Lo previsible es que con el paso de los días la situación remita y la segunda ola acabe de pasar y nos dé una tregua para el final de año que lo necesitamos. Pero la otra olona, la que deja destrozos sociales y económicos tardaremos tiempo en superarla. Y el éxito dependerá de cómo sepamos gestionar el maná de euros que llegarán de Europa. Porque la única salida posible es esa, la que nos indiquen desde Bruselas. Y para ello es necesario presentar proyectos, iniciativas sólidas y competitivas que ayuden a sostener y transformar nuestro tejido económico. El Gobierno regional ha constituido un comité asesor del que forman parte políticos, empresarios, sindicatos, los concejos y la Universidad. En definitiva, los llamados a construir los cimientos del futuro postpandémico. Se estima que de los 140.000 millones que llegarán a España a Asturias le correspondan 1.500. Mucho dinero, una oportunidad, si somos capaces de aprovecharla. Estamos con el agua al cuello. Pero hay una salida si actuamos unidos y trabajamos por el futuro de todos, sin siglas, ni localismos. Asturias está ante su última encrucijada. Ahora o nunca.