"Se trata de querer a los animales, pero no tanto", por Pepe Belmonte
Escucha el 'micromentario' semanal para Hoy por hoy del catedrático de Literatura de la Universidad de Murcia
Murcia
PONI
Micromentario / Pepe Belmonte (05-10-20)
02:08
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Hace unos días, la noticia, por rara y un tanto morbosa, saltaba a todos los medios de comunicación, y la SER nos la ofrecía con todo lujo de detalles.
Un ciudadano, borracho como una cuba, trató de forzar –por decirlo suavemente–, si es que no llegó a la consumación del acto, a un pobre poni. Es decir, un caballo de poca alzada, como lo define el Diccionario de la RAE, que pastaba a su aire en un corral situado entre las localidades de Casillas y Puente Tocinos. Es decir, a unos 50 escasos metros de mi propia casa.
El incidente ha reactivado la vieja leyenda urbana de las actividades un tanto heterodoxas de los pastores solitarios, aislados del mundo durante largos días y rodeados de cabras, borregas u otra clase de animales a su entera disposición.
Es obvio que, al margen de la cogorza de este señor tan poco educado, no se tuvo en cuenta el derecho del animal a aparearse con quien le venga en gana, y no creo, sin cortejo previo alguno, que esas sean maneras de conquistar el corazón de nadie, ni siquiera el de un poni.
Es obvio –y a las pruebas me remito– que el largo confinamiento por el que hemos pasado, así como la continua tensión en la que ahora vivimos, le está pasando factura a más de uno, hasta el punto de perder la cabeza y cometer atrocidades de ese calibre.
Y es que, como dijo el torero Rafael el Gallo, cuando le presentaron al filósofo don José Ortega y Gasset, “hay gente pa tó”. Tanto es así, que aún recuerdo que en un programa de madrugada, que se emitía a través de la SER, escuché decir a alguien que llamó por teléfono que estaba perdidamente enamorado de la voz del surtidor de una gasolinera.
Decía el escritor francés Anatole France que “hasta que uno no ha amado un animal, una parte del alma continúa dormida”. Pero, me permito añadir, hay gente muy bestia que se toma estas cosas al pie de la letra.
Pepe Belmonte