La otra pandemia

Asturias

Cada semana que transcurre en este laberinto al que nos ha empujado la pandemia me siento más orgulloso de ser asturiano. Viendo la respuesta de nuestro gobierno y la de la ciudadana me atrevería incluso a decir que vamos a salir de esta más fuertes. Tal vez estemos acostumbrados a luchar en solitario, a enfrentarnos a graves crisis o a vivir en ellas. Pero el caso es que nuestra reacción está resultando tan asombrosa como admirada. Nuestros recursos, nuestros sacrificios y, por qué no decirlo, la actitud de nuestros políticos están resultando claves para que España mire hacia arriba y vea como nuestro corajudo Principado hace frente al virus. La parte sanitaria parece que la tenemos reconducida, pero nos enfrentamos a otra no menos letal pandemia que es la de la política nacional. Jamás pensé que desde Madrid se gobernase tan alejado de los ciudadanos, tan despegado de sus necesidades. No dejan de asombrarme las decisiones y vaivenes del Gobierno de Pedro Sánchez. Para los políticos de Madrid todo vale en sus luchas de partidos, con la táctica de la tierra quemada y del que 'el que no esté conmigo está contra mí'. Los proyectos industriales están parados, las infraestructuras languidecen y son incapaces de sellar un presupuesto. Solo hacen piruetas en el aire y labores de distracción. Y les pongo como ejemplo la tomadura de pelo con la factura eléctrica de las grandes empresas, que puede desencadenar una hecatombe industrial. Nuestra tarifa es el doble de cara que la de nuestros competidores, que además preparan una gran rebaja. Asturias se ha convertido en ejemplo de eficacia contra la pandemia. Ahora toca volver a unirse para luchar por un futuro económico. Para que el paraíso no se transforme en un infierno. Las cosas pintan muy mal allende Pajares.