Pilar Sarasola, el alma de Librería Luque
Viuda de un represaliado del franquismo, Pilar Sarasola continuó al frente del negocio que había fundado su marido, Rogelio Luque, sorteando la censura del régimen en una Córdoba donde ser mujer y empresaria no estaba bien visto
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Hoy por Hoy Córdoba. Sección de Historia: "Pilar Sarasola, viuda de Luque"
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Córdoba
La de la Librería Luque es una historia de resistencia cultural y política en pleno franquismo. Y en Córdoba, una ciudad que a principios del siglo XX contaba con una tasa de analfabetismo que superaba el 50% de la población, en la que en los años más duros de la represión se gritaba aquello de "muera la inteligencia", como nos recuerda Manuel García Parody.
Nuestro historiador ha querido recordar esta semana el papel desempeñado por Pilar Sarasola, viuda del fundador del negocio, y que se hizo cargo de la librería después de que su marido fuese fusilado el 14 de agosto de 1936 "por tener libros marxistas".
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Librería Luque. Imágen de archivo / Cadena SER
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Librería Luque. Imágen de archivo / Cadena SER
Lo más cómodo en esas circunstancias hubiese sido cerrar o traspasar el negocio, pero Pilar Sarasola decidió seguir adelante. "Le cambio el nombre por el de Librería de la Viuda de Luque, conservó en su interior un busto de su difunto marido y se negó a quitarse el luto", recuerda Parody.
Pilar Sarasola había llegado a Córdoba muy joven, con apenas 18 años, desde Gijón, donde residía su familia, para casarse con Rogelio Luque, al que había conocido por cartas. Pronto demostró ser una mujer diferente a lo que era habitual en la época. "Había estudiado comercio y desde un principio fue una pieza fundamental en el negocio", nos cuenta Parody. En aquel tiempo Luque era más que una tienda de libros: "Alli se editaron libros de historia, guias artísticas y revistas literarias, por lo que desde un principio contó con el apoyo de la intelectualidad cordobesa".
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Fachada de la antigua Librería Luque. Córdoba / Librería Luque
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Fachada de la antigua Librería Luque. Córdoba / Librería Luque
Con la muerte de su esposo, Pilar, que entonces tenía 31 años, tuvo que compaginar la crianza de sus dos hijos con sacar adelante un negocio que le exigía frecuentes viajes a Sevilla para comprar manuscritos y otros artículos que luego vendía en la librería. Siendo mujer y viuda de un represaliado, no lo tuvo fácil en la Córdoba franquista. "Si hoy existe la librería es gracias a ella" afirma Parody.