El accidente que fue asesinato
La SER accede a los pormenores del caso de una mujer quemada viva por su pareja quien fingió un accidente de tráfico
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Los bomberos interviniendo en el lugar de los hechos. / CADENA SER
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Santa Cruz de Tenerife
En la mañana del 16 de enero de 2019, María Soledad conducía su coche Dacia Sandero por la zona de La Manzanilla en La Laguna. En el asiento trasero estaba su expareja, Juan Carlos de 52 años, con la que había cesado la relación hacía más de cuatro años pero habían quedado para llevar a Rocky, un perro que habían tenido de mascota cuando aún estaban juntos y que lo llevaban al veterinario.
El coche acabó estrellándose contra una farola y terminó envuelto en llamas. El hombre escapó tras intentar salvar a su ex pareja sin éxito. Posteriormente, acudió al Hospital Universitario de Canarias debido a la gravedad de las heridas. Este es el relato que el acusado mantuvo ante la policía y que en un primer momento fue tenido como cierto.
Todo parecía un accidente de tráfico: el impacto contra la farola, la combustión del vehículo, y además, la autopsia reveló que la víctima había muerto por inhalación de humo y quemaduras de extrema gravedad. No había rastro de acto violento antes de que el vehículo se estrellara. A pesar de ello, la policía judicial mostraba sus dudas: ¿puede un coche incendiarse de forma súbita tras un impacto contra una farola? Y una pregunta aún más importante: por qué Juan Carlos huyó precipitadamente del lugar de los hechos con heridas graves y sólo acudió al hospital horas después. La clave de la investigación se encontraba en el vehículo. Un equipo de investigadores especializados en química forense e incendios procedentes de Madrid, peinaron cada milímetro del coche y fue entonces cuando se reveló la verdad. Existían rastros de combustión de gasolina pero no procedente del motor del coche sino del interior mucho antes de que el Dacia se estrellara contra la farola.
Un asesinato machista
A la luz de las nuevas investigaciones, la Policía detuvo a la expareja como presunto autor de un asesinato machista. En la calificación del Ministerio Fiscal, a la que ha tenido acceso La SER, se asevera que aquella mañana de enero, el acusado, con el pretexto de llevar al veterinario al perro quedó con Soledad. Pidió sentarse en la parte trasera del coche con la excusa de poder esta con la mascota y vigilarla. Sin que la víctima lo supiera, Juan Carlos también entró al vehículo un bidón de gasolina.
Comenzaron la marcha dirigiéndose hacia el Camino Fuente de Cañizares y fue en ese momento, cuando roció a Soledad con gasolina y le prendió fuego. La víctima, envuelta en llamas, no pudo controlar el vehículo que acabó estrellándose contra una farola. El acusado salió a toda velocidad del vehículo y se dio a la fuga dejando también al perro atrapado.
Soledad murió sin poder zafarse el cinturón de seguridad y tal y como reseña la Fiscalía "entre terribles sufrimientos". Por todo ello, el Ministerio Fiscal solicita la pena de 28 años de prisión por los delitos de asesinato con alevosía y ensañamiento, daños por incendio y un delito de maltrato animal. El juicio tendrá lugar el próximo mes de octubre en la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife con Tribunal de Jurado.