"No somos sanitarios; somos maestros e intentaremos hacerlo lo mejor posible"
El inicio del curso escolar en Canarias trae consigo la figura de la coordinadora Covid19 que preservará que se cumplan los protocolos para evitar la propagación de la enfermedad en los centros de estudio
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Los protocolos Covid19 definidos para el regreso a las aulas de Canaria incluye la toma de temperatura antes de que los estudiantes entren en el centro escolar / Cadena SER
![Los protocolos Covid19 definidos para el regreso a las aulas de Canaria incluye la toma de temperatura antes de que los estudiantes entren en el centro escolar](https://cadenaser.com/resizer/v2/PCSWBYXACRO6VPXYPZDC5A6QO4.jpg?auth=e414f02140f973c79f2d4afaefab07d46d3a718daf33daa4cf688bed72b9d1de)
Santa Cruz de Tenerife
A las siete y media de la mañana el equipo directivo del Colegio Las Delicias, en Santa Cruz de Tenerife, estaba en sus puestos. Hasta el último minuto apuraron sus cuatro miembros para reabrir después de seis meses sin que sus 390 estudiantes pasaran por las aulas. A Genaro Padilla y a Ana Victoria, el director y la secretaria, les une la ilusión de reabrir después de cinco semanas de trabajo: “decidimos incorporarnos el diez de agosto para adaptar el centro a los protocolos Covid de la Consejería de Educación; sabíamos que en septiembre no nos iba a dar tiempo”, reconoce su director.
El recinto es de los más grandes de la capital tinerfeña. Entre sus muros, contiguos al histórico Instituto Politécnico de La Candelaria, se encuentran pequeñas edificaciones que albergan sus aulas de forma individual y que facilitan el distanciamiento social. Cada una de ellas cuenta con un pequeño patio y un baño. “Los estudiantes no se cruzarán de ninguna manera”, asegura Padilla porque los espacios están delimitados: las tres canchas que tiene el centro están divididas con vayas y cintas, las aulas son independientes y existe el suficiente espacio para dividir la entrada de los grupos de infantil y de primaria entre dos puertas y tres horas distintas: a las ocho y media, menos cuarto y nueve en punto.
El megáfono se ha convertido en un elemento indispensable para organizar la entrada al colegio. No se escuchan muchos gritos; más bien expectativas ocultas bajo la mascarilla que se suma al uniforme de tonalidades verdes que homogenizan a los estudiantes. Algunas madres y padres aseguran antes de entrar que tienen la confianza en el centro, en la información que se les ha proporcionado telemáticamente y en que nada tiene que salir mal. Pero, sobre todo, coinciden en la confianza hacia sus hijos: “llevan mucho tiempo con mascarillas y son conscientes de las particularidades del curso”, afirman. Uno de los padres añade que “son los adultos quienes deberían aprender de los pequeños para adaptarse”.
Por orden de lista, filas y termómetros
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Las aulas han modificado su fisionomía. A las pizarras, sillas, mesas y murales, se han añadido geles hidroalcohólicos, alfombras con virucidas y termómetros. “Antes de entrar en el colegio, los niños deberán pasar por las alfombras, impregnarse de gel y también se les medirá la temperatura”, afirma Ana, quien asegura que en el caso de que alguna persona no dé la temperatura adecuada para ingresar en el centro, será aislado en la ‘sala Covid’. Allí esperará a ser recogido por sus padres después de haber sido trasladado y atendido por esta profesora a la que la dirección ha designado esta nueva función: “tenemos equipos de protección individual que nos tenemos que poner para estos casos; la orden es trasladarlo a esta sala y avisar a los padres. Para casos más graves, tendríamos que llamar al servicio sanitario”.
“Esta realidad nos ha desbordado y saturados con muchísimo trabajo e información, pero tenemos que ser solidarios con toda la población que nos ha permitido que volvamos a caminar”, afirma Ana que cree que son los maestros y profesores ahora quienes tienen que “coger el relevo de los sanitarios” en la tarea de preservar y garantizar que, también en los centros educativos, la expansión del covid19 se puede frenar.