Carmelo Rodero: Calidad hecha vino

RIBERA DEL DUERO

Hacer buen vino no es fácil pero si tienes un buen maestro es mucho menos difícil. De ello saben mucho en bodegas Carmelo Rodero, que pertenece a una vieja estirpe de viticultores de la localidad ribereña de Pedrosa de Duero. Su infancia transcurrió entre viñedos y lagares y esos primeros recuerdos evocan a sus abuelos elaborando el vino de forma tradicional. Aunque de su historia más nos puede contar Beatriz Rodero.

Con esa pasión de Carmelo, que invertía sus ganancias en nuevas plantaciones de viñedo, su familia sigue su andadura, siendo tan peculiares como excepcionales. Por eso si hablamos de vino, hemos de tener en cuenta que para crear un buen fruto en las viñas hay que tener “perlas negras”, que es como denomina a las uvas el propio Carmelo, y de las que surgen excelentes creaciones. Y si tenemos que brindar, nos puede costar elegir, por eso Beatriz nos ayuda a decidir.

En definitiva hablamos de una historia de familia alrededor no solo del mundo del vino, sino también del mundo del trabajo. Del saber, del estar, del luchar, del creer. De no rendirse y de saber crecer. Carmelo Rodero se ha convertido en un referente nacional e internacional de lo que es el Espíritu Ribera, que también se ha visto premiado en diversos concursos. No podía ser de otra manera.