Un colegio gijonés crea una sala COVID para posibles casos y una aplicación con horarios para profesores

Gijón

Es uno de septiembre y en el colegio público del centro de Gijón, el Gaspar Melchor de Jovellanos, ya se ha incorporado casi la totalidad de su plantilla docente. De los 52 profesores que forman su claustro, solo faltan siete docentes que tendrán que sumarse como refuerzo debido al COVID-19.

Para los que regresan, dice su directora Yolanda López, será una vuelta diferente. "Es un cambio total. No tiene nada que ver ni la organización espacial ni la temporal del colegio con la que conocíamos hasta ahora". De hecho y para facilitar la nueva organización, los profesores contarán con una aplicación móvil para saber en todo momento los horarios y nuevos espacios con los que cuenta el centro.

Entre ellos una sala para aislar posibles casos COVID que surjan durante las horas de clase. "Aquí en un día normal pueden enfermar durante las clases unos seis niños de los que haya que dar aviso a sus familias, y en época de crisis, en torno a la veintena".

Precisamente el parecido entre los síntomas es una de las grandes preocupaciones del profesorado. "Seguiremos las recomendaciones de la Consejería y si un niño se pone malo, primero lo aislaremos y después llamaremos a la enfermera del centro de salud para que nos indiquen qué hacer", ha dicho López. En general, asegura la directora del centro, el ánimo de los profesores es bueno, aunque también hay mucha preocupación por su seguridad "especialmente gente mayor o con patologías".

López también se muestra optimista respecto al retraso del curso escolar, previsto ahora para el veintidós de septiembre. "Si todo se hubiera adelantado a julio podríamos haber empezado el día 10 pero ahora este retraso ahora nos va a permitir una planificación más relajada y mucho mejor para poder recibir a los niños a los que tenemos muchas ganas de ver".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

El colegio Gaspar Melchor de Jovellanos que cuenta con 640 alumnos, ha tenido que realizar una reorganización muy exhaustiva para coordinar entradas, salidas y recreos del alumnado. "Vamos a trabajar con cinco horarios diferentes y la salida al recreo muy escalonada".

Lo que sigue siendo una incógnita es cuándo tendrán que realizar el profesor las pruebas PCR. De momento, afirma López "estamos pendientes de que nos soliciten la información y los datos del profesorado" lo que no impedirá el contacto entre los docentes ya que mientras dura la espera los profesores tendrán que seguir acudiendo al centro.