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Torres Hurtado se libra del 'caso Serrallo' pero su calvario judicial no ha hecho más que comenzar

El 'caso Nazarí' y su pieza separada de la propia casa del exalcalde en la calle Obispo Hurtado de Granada avanzan en los tribunales con el regidor también bajo la lupa

Foto de archivo de un acto oficial siendo alcalde de Granada José Torres Hurtado. Le acompaña su entonces concejala de Urbanismo, Isabel Nieto / Cadena SER

Foto de archivo de un acto oficial siendo alcalde de Granada José Torres Hurtado. Le acompaña su entonces concejala de Urbanismo, Isabel Nieto

Granada

El urbanismo local de Granada bajo los últimos años de mandato de José Torres Hurtado (PP) como alcalde sigue bajo sospecha con numerosas investigaciones en marcha por, cuanto menos, irregularidades. La sentencia del 'caso Serrallo', conocida este martes, ha liberado al exregidor granadino al decretar su absoución, pero el calvario judicial para quien guió los destinos de la ciudad de Granada durante 13 años no ha hecho más que comenzar.

El 'caso Nazarí' se sigue investigando (con multiples operaciones urbanísticas en la ciudad bajo sospecha de irregularidades o amaños) y el 'caso Obispo Hurtado' -si nada ni nadie lo remedia- está a punto de volver a sentarlo en el banquillo.

El 'Nazarí' supuso, en su explosión pública, la detención del propio alcalde durante unas horas; y obligó también al entonces presidente del PP, Mariano Rajoy, a forzar la dimisión de Torres Hurtado justo un año después de haber ganado sus últimas elecciones, en este caso en minoría. Esa minoría supuso la recomposición de los apoyos, lo que llevó al PSOE, a Paco Cuenca, a la alcaldía durante los tres años que quedaban de mandato.

Un daño 'que no tiene arreglo'

Tras su absolución en el 'caso Serrallo', el exalcalde ha declarado que "se ha demostrado" que no tuvo nada que ver con el asunto y que el daño que se le ha provocado ya no se podrá reparar. Ha explicado a Europa Press que el daño 'ya no tiene arreglo'.

Pero la pesadilla no ha terminado. Es más: da la impresión de que está comenzando. En pocos días, el juzgado podría decretar la apertura del juicio oral por el 'caso Obispo Hurtado'. Se investiga si existió trato de favor por el gobierno local que presidía el alcalde a un edificio (con más volumen construido que el permitido) propiedad, entre otros, del propio alcalde y de su entonces concejala de Urbanismo, su (por tanto) vecina Isabel Nieto.

Esta expediente judicial -ya declarado como procedimiento abreviado lo que lo deja a punto de la vista oral- es una pieza separada del 'Nazarí', un macrosumario que investiga lo que de confirmarse (si es que llega a confirmarse algún día) sería un auténtico entramado de corrupción urbanística en el urbanismo local durante casi una década.

Los implicados (el exalcalde, la exconcejala de Urbanismo y su cúpula técnica en la concejalía, así como algunos promotores de la ciudad) aseguran que todo quedará en nada, pero el calvario para ellos continúa. Incluido el alcalde, conocido 'enemigo íntimo' de algunos de sus propios compañeros de partido.

Tras estallar el 'caso Nazarí' y producirse la detención del propio Torres Hurtado, Rajoy forzó su dimisión (una semana). Pero el alcalde murió (políticamente) matando. Exigió la dimisión de su teniente alcalde, Sebastián Pérez, que nunca ocultó su intención de ser alcalde de Granada.

En ese momento, no pudo ser. Y el PSOE llegó a la alcaldía días después. Fuentes cercanas al dimitido Torres Hurtado culpaban sotto voce a Sebastián Pérez (que era también presidente provincial del PP y senador) de la espectacularidad de la detención del entonces alcalde (y supuestamente amigo) y de la entrada de la Policía al Ayuntamiento. Obviamente Pérez lo negó. Pérez dimitió a la vez que Torres Hurtado pero, tres años después, pudo ser designado candidato a la alcaldía de Granada por el PP. Por fin.

El PSOE ganó las elecciones pero sin mayoría. PP y Ciudadanos negociaron formar gobierno con el apoyo externo de Vox; y así ocurrió. Pero Sebastián Pérez no pudo ser alcalde. Tuvo que conformarse con negociar una alcaldía rotatoria de dos años con el 'naranja' Luis Salvador (actual alcalde). Pero el PP nacional lo abandonó y lo que iba a ser un 2+2, Ciudadanos lo reivindió como un mandato completo para Salvador. Sebastián Pérez aguantó solo 9 meses y en enero pasado estalló dimitiendo como presidente provincial y acusando a su propio partido de 'vender' Granada a Ciudadanos a cambio del gobierno de otras instituciones.

Sebastián Pérez intenta nadar y guardar la ropa mientras observa cómo avanza la instrucción del 'caso Nazarí' y el 'caso Obispo Hurtado'. El aún primer teniente alcalde de Granada sigue en su puesto pero nadie descarta futuros movimientos políticos, paralelos al calvario judicial que seguirá avanzando para Torres Hurtado y su entonces concejala Nieto.

Estos lodos políticos, como los mismos actores, son solo las consecuencias de aquellos polvos. Pérez, por cierto, tuvo la habilidad de estar 'en la pomada' de los gobiernos de Torres Hurtado y salir -de todas- judicialmente indemne.

Caso Serrallo

La sentencia del conocido como 'caso Serrallo' decreta que el Ayuntamiento de Granada otorgó una licencia ilegal que permitó la construcción de una discoteca en el exterior del centro comercial Serrallo Plaza. La sentencia ha absuelto al exalcalde de Granada, el popular José Torres Hurtado, pero en el caso sí hubo prevaricación.

Por ese delito condena a siete años de inhabilitación a su exconcejala de Urbanismo Isabel Nieto; y como cooperadores necesarios, también al técnico municipal, Emilio Martín, y al promotor de la discoteca en la zona exterior del centro comercial Serrallo Plaza, Roberto García Arrabal. No hay penas de cárcel. Solo de inhabilitación. El exalcalde queda absuelto así como el resto de acusados, entre ellos, los concejales (también del PP) que formaban la junta de gobierno.

La sentencia decreta la nulidad de la licencia de obras y de apertura de la mencionada sala de fiestas.

Como Vox acusó al interventor municipal también en el asunto y la sentencia señala que no tenía competencias en la materia (y, por tanto, queda absuelto), el partido deberá pagar la mitad de las costas por esa acusación indebida.

El PP de la provincia de Granada ha emitido un comunicado donde se felicita por la absolución de Torres Hurtado y los concejales de su junta de gobierno. Son solo unas cuantas frases donde los populares aseguran que siempre confiaron en la inocencia del exalcalde. El PP asegura que esta absolución viene a confirmar 'la nefasta acción política de algunos partidos de la izquierda que han preferido anticiparse a la justicia con una auténtica persecución para sacar un infame rédito político'.

Sin embargo, el comunicado de la dirección popular no dice nada de que la sentencia admite prevaricación, que decreta la nulidad de la licencia y que condena a la concejala de su partido que dirigía el urbanismo local.

 
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