'Por arte de magia'
Como por arte de magia, hay veces que nos emocionamos con la música y nuestros vellos se elevan y los sentimos a flor de piel, erizando nuestro cuerpo
La Firma de Juan A. Palacios: 'Por arte de magia'
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Como por arte de magia, hay veces que nos emocionamos con la música y nuestros vellos se elevan y los sentimos a flor de piel, erizando nuestro cuerpo. Con los años, nos damos cuenta que a nuestros talentos naturales había que echarle mucha perseverancia y confiar en nuestras posibilidades, aunque siempre nos guardemos un as en la manga.
No hay varita mágica ni pastilla sanadora que lo resuelva todo. Entre emociones que nos conmueven, conocimientos que nos enseñan y sucesos que nos sorprenden., recorremos el camino de lo cotidiano y de lo corriente hasta la excentricidad.
Desde la observación y no por arte de magia, vemos paradójicamente la dureza de los débiles y la fragilidad de los fuertes. Debemos ser valientes y mirar a la cara a la gente. Tampoco debemos dejarnos llevar por el mal genio o la tendencia a magnificarlo todo. Situarnos fuera de órbita o estar todo el tiempo como los perros y los gatos, nos vuelve inoperantes y timoratos, entre asombrados y decepcionados.
De la nada al todo, mostramos nuestras singularidades y pluralidades, nuestra magia y diabluras, nuestro egoísmo o la capacidad de compartir. Tenemos que buscar el equilibrio en todos los aspectos, sabiendo defendernos y atacar, estando preparados para las atenciones y los abandonos, admitiendo que hay mucha fauna que se dedica a aplaudir lo irrelevante y olvidan lo importante.
Hay estados melancólicos que nos hacen sentirnos tristes, más cerca de lo desacertado que de lo acertado. Irse y dejarlo todo, cuando las cosas se tornan imposibles, es como abrir una puerta a la esperanza, sin olvidar, que cada uno debe realizar sus propias estrategias para cumplir con sus sueños o conseguir sus fines.
A veces, tenemos que tomar decisiones poco agradables, intentemos explicarlas de la forma más respetuosa y considerada más que imponerlas de forma desconsiderada, grosera y desagradable. Enemigos baratos y amigos caros, calidades y cantidades, y buscamos nuestro espacio entre el intimismo de los rincones y el jaleo de las plazas, el silencio y el vocerío.
