"Confinamiento", el primer documental hecho por personas sin hogar
El cineasta grancanario Javier Croissier asegura haber renacido tras la dura experiencia que lo llevó a vivir en un albergue municipal donde ha grabado un documental en el que recoge las experiencias de sus compañeros, confinados junto a él durante la pandemia de coronavirus.
Protagonistas del documental / Cedida
Las Palmas de Gran Canaria
A Javier Croissier la vida no le tenía preparado un camino fácil. Comenzó su trayectoria profesional en el mundo del cine a los 12 años, cuando arrancó una carrera que le llevaría a ganar premios internacionales o a trabajar con la desaparecida Pilar Miró.
Pero una mala racha lo llevó al consumo de drogas y lo dejó todo. Tocó fondo y acabó viviendo en la calle. Y allí, en la calle, sin nada, lo encontró la pandemia de coronavirus. Cuando se decretó el estado de alarma, los servicios sociales del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria lo instalaron en un albergue municipal, el del Polvorín, donde recuperó la ilusión por vivir y grabó Confinamiento, el primer documental hecho por personas sin hogar sobre sus propias vidas.
"La pandemia, afortunadamente, me ha cambiado la vida para bien porque, tras 25 días en la calle -que para mí fueron 25 años-, al final terminé en un albergue social y aquí he podido retomar mi carrera cinematográfica", cuenta Croissier en Hoy por Hoy Las Palmas.
"Confinamiento", el primer documental hecho por personas sin hogar
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Lo que le llevó a coger de nuevo la cámara fue la amistad que forjó en el centro con otros dos usuarios, Francisco Cabrera y Ruymán Batista, que posteriormente se convirtieron en productor y secretario de rodaje de Confinamiento.
En el documental recogen testimonios de sus compañeros "muy duros y drámaticos pero con un resultado estético y artístico muy bueno, a pesar de haberlo hecho con medios rudimentarios". Según explica Croissier, es un proyecto que transmite muchos valores humanos, sociales e incluso históricos. "Y es pionero porque, que yo tenga constancia, es el primer documental realizado por personas sin hogar sobre personas sin hogar".
Según relata, a día de hoy ha conseguido controlar el consumo de drogas -que lo llevó a pelearse con su familia- gracias a los profesionales que le están ayudando en el albergue: "Hablamos de un lugar donde conviven cincuenta personas que tienen muchos años de vida en la calle, sin normas, por lo que la convivencia es a veces muy dura pero tenemos comida, ropa, atención sanitaria; para nosotros toda esta atención es vital".
El cineasta, que espera estrenar próximamente el documental, se muestra muy contento por haber retomado la salud y también su parte artística. Ahora mira al futuro con esperanza, retomando la relación con su familia y con varias ideas y proyectos cinematográficos en la cabeza.
