34 mujeres asesinadas en Sevilla por la violencia machista desde 2003
Andalucía, con una tasa de 3,6 víctimas por cada millón de mujeres mayores de 15 años, es la cuarta comunidad en la tasa de muertes
Cartel contra la violencia machista / EFE
Sevilla
El Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial ha realizado un informe estadístico sobre los asesinatos y homicidios cometidos entre enero de 2003 y abril de 2019 en España para conocer mejor la violencia machista en estos 16 años y cuatro meses. El estudio estadístico recoge que Andalucía es la cuarta comunidad con la tasa de muertes más elevada en nuestro país, con 3,6 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas entre cada millón de mujeres mayores de 15 años. Estamos por detrás de Baleares, Canarias y Valencia. En la provincia de Sevilla, en este periodo han sido asesinadas 34 mujeres. En todo el periodo ha habido un asesinato machista cada semana en España.
En la serie histórica, 2006 ha sido el año más sangriento en nuestra comunidad con 21 fallecidas. Y solo una de cada cuatro había presentado una denuncia. Almería es la provincia española con más víctimas morales, seguida de la provincia de Granada. La localidad española con más muertes por cada cien mil habitantes es Roquetas de Mar, en Almería.
Donde más asesinatos se han contabilizado es en las ciudades de más de 50.000 habitantes. Sin embargo, en 25 ciudades de más de 50.000 habitantes no ha muerto ninguna mujer víctima de la violencia machista. Y entre ellas están Cádiz, San Fernando y Benalmádena.
Los asesinos han usado un arma blanca para cometer su asesinato en la mitad de los casos y el lugar más habitual donde han matado a las mujeres ha sido el domicilio. Los domingos y los lunes son los días con más asesinatos y entre los meses, enero y julio.
23 niños han sido asesinados en episodios de violencia machista. 765 menores en España se han quedado huérfanos.
La mayoría de las 1000 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas masculinas mantenía la convivencia con sus agresores en el momento de la muerte, algo más del 60 %. Son frecuentes los casos en que continuaba la convivencia aún después de la formalización del divorcio o separación legal e incluso en supuestos de denuncia previa u orden de protección en vigor.
