¿Qué ha sido de quienes hacían viseras o conseguían materiales de protección para los sanitarios alaveses?
El dinamizador del colectivo maker en Álava y el médico Jorge Guadilla relatan sus experiencias de estos meses con sus respectivas iniciativas y apuntan sus planes de futuro
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¿Que fué de aquellos movimientos ciudadanos que surgieron en el comienzo de la pandemia?
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Vitoria
Respondieron rápidamente a una necesidad urgente: la de dotar de material de protección al personal sanitario y a los trabajadores de servicios prioritarios en la eclosión de la Covid-19 en Álava. Paliaron con su iniciativa y echando muchas horas a la causa, un vacío que no cubrieron en aquel momento crítico las entidades públicas.
Iker Martínez, aficionado a la impresión 3D y miembro de la ya denominada 'comunidad maker', cuenta que apenas en 24 horas en Euskadi se organizó una legión de 600 personas dispuestas a fabricar viseras de protección. Era 14 de marzo, un día antes de la declaración del estado de alarma.
La cifra de personal voluntario siguió creciendo y hubo que plantear una estructura por territorios y, a su vez, por barrios. En Vitoria, con unos 300-400 makers, en un primer momento, su propia casa fue el punto logístico desde donde se distribuía el material y se recepcionaban las viseras para su reparto. Clave fue, además, la donación de materia prima con la que elaborar estas pantallas: 300 kilos de PLA, unos 6 kilómetros de goma elástica, unas 12.000 láminas.
El Ayuntamiento de Vitoria les cedió un local en el que pudieron desarrollar mejor su trabajo y allí han permanecido hasta mediados de mayo; hasta que las empresas ya han empezado a fabricar en gran tirada estas viseras.
Colecta, subasta y red de costura
Jorge Guadilla, médico traumatólogo, confiesa que fue precisamente el movimiento maker el que inspiró la acción que iniciaron él y un grupo de profesionales de la clínica donde trabaja.
Comenzaron por plantear una propuesta de recogida de dinero en una plataforma web. Fijaron una cifra de 30.000 euros y a los pocos días se superó con creces. Esos fondos siguieron creciendo con otras acciones como la organización de una subasta de objetos donados por deportistas y artistas. Han llegado a sobrepasar los 180.000 euros. Constituyeron, además, una red de costura y distribución de una de las piezas más difíciles de conseguir en ese tiempo: delantales de protección.
Tanto makers como la iniciativa de ayuda al personal sanitario siguen en pie y se plantean ahora qué forma dar a la estructura que montaron durante la crisis.
Iker cuenta que en Vitoria muchos makers implicados en esta aventura siguen en contacto a través de WhatsApp y que ya han planteado una comida para el mes que viene en la que seguramente concretarán cómo van a dar continuidad a esa comunidad que han forjado y que no quieren perder.
Guadilla explica que ellos tuvieron que constituirse en asociación por el gran montante económico que llegaron a reunir y que van a seguir a la espectativa. Aún les quedan 45.000 euros a los que pretenden dar el mejor uso. Lo están pensando. De momento, pagarán una nueva remesa de 15.000 mascarillas.