Literatura en el Siglo de Oro en España
Origen, autores y características

Juan Vera, en el estudio de Radio Elda SER, habla sobre escritores del Siglo de Oro Español / Cadena SER

Elda
Juan Vera, director del Teatro Castelar, bibliotecario y lector empedernido propone, cada lunes en el programa Hoy por Hoy Elda Vinalopó, lecturas para la desescalada.
En el espacio de hoy hemos recordado a los escritores clásicos de la literatura española. Autores pertenecientes al periodo Barroco español que abarca desde las últimas décadas del S. XVI, hasta la primera mitad del S. XVIII, al que conocemos como Siglo de Oro Español.
Vera, invita a los oyentes a pasar por la Biblioteca Pública Alberto Navarro y preguntar por autores como, Lope de Vega, Calderón de la Barca, Quevedo o Góngora.
Juan Vera, director del Teatro Castelar, sobre clásicos de la literatura española
07:50
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Texto de Juan Vera: Clásicos, en el fondo
Al hablar de literatura española, nos referimos a aquella desarrollada en castellano en España. También podría incluirse en esta categoría la literatura hispanolatina clásica y tardía, la literatura judeoespañola y la literatura arábigoespañola, escritas respectivamente en latín, hebreo y árabe. Abarca desde las primeras expresiones poéticas conservadas en lengua vernácula (las jarchas) hasta la actualidad, más de mil años de historia.
La Literatura Española es una rama de la literatura románica y ha dado lugar a otra importante rama, la literatura hispanoamericana, en la que se incluyen las literaturas en castellano y español de todos los países hispanohablantes. Por otro lado, también está englobada en la literatura de España, junto con las de las demás lenguas habladas en el país.
Pero hoy nos limitaremos a dar breves pinceladas sobre algunos autores pertenecientes al periodo Barroco español que abarca desde las últimas décadas del S. XVI, hasta la primera mitad del S. XVIII, al que conocemos como Siglo de Oro Español.
Siglo de Oro: El Barroco
La literatura española del Barroco es un periodo de creación literaria que abarca desde las obras iniciales de Góngora y Lope de Vega, en la década de 1580, hasta bien entrado el siglo XVIII. El siglo más característico del barroco literario español es el XVII, en el que alcanzan su máximo esplendor prosistas como Baltasar Gracián y Francisco de Quevedo, dramaturgos como Lope de Vega Tirso de Molina, Calderón de la Barca y Juan Ruiz de Alarcón, o la producción poética de los citados Quevedo, Lope de Vega y Góngora.
Es un momento creativo en el que los géneros se mezclan, convive en Góngora la poesía lírica de estilo sublime de la Fábula de Polifemo y Galatea que hace virtud de la dificultad, con romances y letrillas satírico burlescas; Quevedo cultiva los poemas metafísicos y morales más trascendentes, al tiempo que escribe sobre asuntos de carácter bajo y hasta chocarrero (Gracias y desgracias del ojo del culo).
El teatro barroco español también configura una escena popular y que ha perdurado como producción clásica para el teatro futuro. Los dramas filosóficos de Calderón de la Barca, de los que es ejemplo sobresaliente La vida es sueño, suponen un cénit en la producción dramática española y, como toda la literatura barroca, se inscribe en una época de esplendor que recibe el nombre genérico de Siglo de oro.
Contexto histórico
El Barroco español se produce en medio de los llamados Siglos de Oro de la literatura española. España surge dos siglos antes, de un proceso de unificación de los reinos peninsulares y consolida su posición geopolítica con la anexión de nuevas tierras por medio de guerras, alianzas y la conquista de América, pero precisamente estas circunstancias de extensión de la corona, acaban siendo las causantes del debilitamiento del Estado y su consiguiente desmembramiento, algo que provocaría el estancamiento de la nación y condicionaría su posterior desarrollo.
Características del Barroco
El Barroco se caracteriza por lo siguiente:
Pesimismo: El Renacimiento no consiguió su propósito de imponer la armonía y la perfección en el mundo, tal y como pretendían los humanistas, ni había hecho más feliz al hombre; las guerras y las desigualdades sociales seguían estando presentes; el dolor y las calamidades eran comunes en toda Europa. Se instala un pesimismo intelectual, cada vez más acentuado, unido al carácter desenfadado de que dan testimonio las comedias de aquella época y las truhanerías en que se basan las novelas picarescas.
Sentimiento de vértigo por la inmensidad del cosmos. Así pues, se da la pérdida de confianza en los ideales renacentistas y en la fe de las capacidades ilimitadas del ser humano.
Desengaño: Como los ideales renacentistas fracasaron y, en el caso de España, el poder político estaba desvaneciéndose, el desengaño continúa y surge en la literatura, que en muchos casos recuerda a la de dos siglos antes, con la Danza de la Muerte o las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique. Quevedo dice que la vida está formada por «sucesiones de difunto»: en ellas se van convirtiendo los nacidos, desde los pañales hasta la mortaja con la que se cubren los cuerpos exánimes. Se entiende como una toma de conciencia acerca de la condición humana que es incierta e inmutable. En conclusión, nada tiene importancia, solo hay que conseguir la salvación eterna.
Ante la crisis barroca, los escritores españoles reaccionan de varias maneras:
Evadiéndose: Tratan de desentenderse de la realidad, y lo hacen cantando hazañas o viejas glorias del pasado, o bien presentan un mundo ideal en que los problemas se resuelven debidamente y triunfa el orden. Este es el caso del teatro de Lope de Vega y sus seguidores. Otros, sin embargo, prefieren refugiarse en el mundo del arte y de la mitología, como es el caso de Góngora.
Satirizando la realidad: Otro grupo de escritores opta por burlarse de la realidad, como Quevedo, Góngora en algunas ocasiones y la novela picaresca.
Con estoicismo: Exponen su queja sobre la vanidad del mundo, la fugacidad de la belleza y de la vida, la fama transitoria. El máximo exponente de esta actitud fue Calderón de la Barca en los autos sacramentales.
Moralizando: Critican los defectos o vicios proponiendo modelos de conducta acordes con la ideología política y religiosa de su época. Sus principales exponentes son la prosa narrativa y doctrinal de Gracián y Saavedra Fajardo.
La prosa del siglo XVII Miguel de Cervantes
La narrativa del XVII se abre con la figura de Miguel de Cervantes, quien en 1580 vuelve a España tras diez años de ausencia. Su primera obra impresa fue La Galatea, (Alcalá de Henares, 1585), se trata de una novela pastoril. En 1605 publica El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, con éxito inmediato. En 1613 aparecen las Novelas ejemplares, colección de doce novelas cortas que buscan una ejemplaridad, aunque esta no siempre quede clara. La siguiente prosa cervantina fue El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha (1615), segunda parte del Quijote.
La prosa de Quevedo
Francisco de Quevedo redacta hacia 1604 su primera obra en prosa de ficción: la novela picaresca titulada Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos; ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños.
Además, Quevedo cultivó la prosa satírica, política y moral que tratan asuntos como la crítica de arquetipos de la sociedad del barroco, la presencia constante de la muerte en la vida del hombre y el celo cristiano con que ha de conducirse la política. En 1619 escribe la Política de Dios, gobierno de Cristo y tiranía de Satanás, tratado político en la línea del antimaquiavelismo español, y propone una política exenta de intrigas y ajena a las malas influencias.
Hacia 1636 concluye Quevedo su última gran prosa satírica: La hora de todos y la Fortuna con seso, inédita hasta 1650. En ella Júpiter le pide a la Fortuna que adjudique por una hora a cada uno lo que verdaderamente merece. Ello conduce a ver las falsas apariencias, la otra cara de la realidad y la verdad oculta tras los velos de la hipocresía, operando por antítesis. Así se da la paradoja de que los médicos son en realidad verdugos, los ricos, pobres pero ladrones, y, en definitiva, se presencia una galería de tipos sociales, oficios y estados que es satirizada implacablemente.
Otros prosistas del barroco
Lope de Vega, del que destacaremos las conocidas como Novelas a Marcia Leonarda.
Mateo Alemán , autor de la novela picaresca Guzmán de Alfarache, que alcanzó un éxito formidable en España y Europa. El éxito europeo de su obra fue formidable; se tradujo casi de inmediato al italiano, alemán, francés e inglés .
María de Zayas y Sotomayor. No sin razón se considera a la madrileña, segunda novelista del siglo, después de Cervantes. En 1637 aparecen sus Novelas amorosas y ejemplares, colección de diez relatos en que la temática erótica crea situaciones conflictivas y sorprendentes.
Luis Vélez de Guevara, autor de la sátira social El diablo cojuelo (1641)
Baltasar Gracián escribe la que se considera la obra más importante de la segunda mitad de siglo, El Criticón. Se trata de una novela filosófica escrita en forma de alegoría de la vida humana. Gracián cultivó la prosa didáctica. Su actitud ante la vida es desengañada, como corresponde a la decadencia de la sociedad española. Gracián es reconocido como precursor del existencialismo.
El teatro
También el teatro tiene su lugar de importancia en este apartado de Fondo de Biblioteca. Las representaciones teatrales de esta época se efectuaban en sitios abiertos, plazas o corrales fijos: los corrales de comedias. Comenzaban alrededor de las dos de la tarde y duraban hasta el anochecer. No había, por lo común, asientos y los espectadores permanecían de pie toda la representación. La nobleza ocupaba los balcones y ventanas de las casas que rodeaban la plaza o daban al corral, y las damas asistían al espectáculo con la cara cubierta con máscaras o tras las celosías. La función comenzaba con la ejecución en guitarra de una pieza popular; en seguida se cantaban canciones acompañadas con diversos instrumentos. Venía luego, la loa, especie de explicación de los méritos de la obra y síntesis de su argumento. Daba comienzo la comedia u obra principal, y en los entreactos se ejecutaban bailes o se representaban entremeses. El escenario era un simple tablado y la decoración una cortina. Los cambios de escena eran anunciados por uno de los actores.
Escribía la comedia el poeta, pagado por el autor —actual director— a quien cedía todos los derechos sobre la obra representada o impresa para modificar el texto. Las obras duraban en cartel tres o cuatro días, o (con excepciones) quince para una comedia de éxito. Lope de Vega y Tirso de Molina llevaron a su plena realización estas características.
Lope de Vega, a finales del siglo XVI crea la comedia nacional: a una acción de tema amoroso se superpone otra histórica o legendaria, morisca, de cautivos, o religiosa. Concluía con un final feliz. De entre su prolífica producción dramática destaca: Peribáñez y el Comendador de Ocaña, Fuenteovejuna. Se ve en ella una sublevación popular ante el abuso del poder, pero solo refleja una injusticia puntual y subraya la sumisión al rey y vuelve sobre la dignidad campesina con El caballero de Olmedo.
Guillén de Castro fue un dramaturgo español, considerado como el más importante de fines del siglo XVI. Sus obras, en especial Las mocedades del Cid influenciaron a otros dramaturgos franceses posteriores.
La dramaturgia de Tirso de Molina, como la de Lope, cuenta con numerosas comedias de capa y espada. Un ingenioso argumento se da en Don Gil de las calzas verdes. Dentro de estas comedias de enredo se encuentra otro subgénero, el de las comedias palatinas de las que El vergonzoso en palacio se ha considerado como el modelo de todas las que se escribieron posteriormente. Sin embargo, Tirso también destacó en las comedias de asunto grave. Se le ha atribuido tradicionalmente la creación del mito de Don Juan en El burlador de Sevilla. Su teatro también destaca por la profundidad psicológica con que caracteriza a los personajes femeninos, que llegaron a ser protagonistas de sus obras.Pedro Calderón de la Barca fue el otro gran dramaturgo del XVII. Su obra más famosa es La vida es sueño .
El garrote más bien dado pudo estrenarse en 1636 o 37. Se imprime en 1651. Desde 1683 recibe el título de El alcalde de Zalamea. Este drama costumbrista o de honor sigue el tema tan lopesco de la honra del villano. Además de estas obras, Pedro Calderón de la Barca, ha contribuido a la literatura española con un gran número de autos sacramentales, de entre los que destaca El gran teatro del mundo.
Don Quijote de la Mancha. Capítulo I - Voz Juan vera
Juan Vera, director del Teatro Castelar, pone voz al primer capítulo de "Don Quijote de la Mancha"
02:49
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles