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Incendios forestales

"Ya ha ardido casi toda la cumbre de Gran Canaria, hay poco que quemar"

El Cabildo de Gran Canaria hace un balance positivo de la recuperación de la cumbre tras los dos incendios forestales que sufrió la isla hace casi un año. A las puertas del inicio del verano, los técnicos de Medio Ambiente no prevén un nuevo macroincendio "porque hay poco que quemar."

Archivo / Cabildo de Gran Canaria

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Las Palmas de Gran Canaria

Las dos primeras décadas del siglo XXI han sido duras para la cumbre de Gran Canaria. En los últimos 20 años, la isla ha sufrido tres grandes incendios forestales, el mayor el de 2007 con casi 19.000 hectáreas calcinadas. En total, desde el 2000, Gran Canaria ha visto arder unas 32.000 hectáreas,  casi la misma superficie que sumarían 45.000 campos de fútbol. Es la isla canaria más castigada por las llamas, seguida muy de cerca de Tenerife y de La Palma, según los datos disponibles del ISTAC.

El fuego ha calcinado el corazón de la isla que afortunadamente ha conseguido reponerse. "Después de los incendios de 2017, a la cumbre le costó bastante volver a reverdecer. Fueron fuegos reiterados que no permitieron que la vegetación rebrotara de manera rápida", explica Carlos Velázquez, coordinador forestal del Cabildo de Gran Canaria. Afortunadamente, el interior de la isla cuenta con un vecino resistente: el pino canario. Esta especie presenta particularidades como una corteza que actúa de escudo, yemas resguardadas por la pinocha y semillas protegidas por piñas que sólo se abren en los incendios, así que no solo nacen nuevos pinos tras los fuegos, sino que es el único de Europa que rebrota.

Una característica que ha conseguido que la cumbre se esté recuperando ya de los brutales incendios del verano de 2019. "Una recuperación más rápida que la anterior. A nivel del pinar canario la situación está mejorando aunque los pinos foráneos se hayan muerto. Comparado con otros ecosistemas a nivel mundial, que tardan lustros en reverdecer, la evolución de nuestra cumbre es positiva", explica Velázquez. El pino canario ha conseguido que estos días, el centro de Gran Canaria se vea salpicada de “plumeros” verdes en las zonas que las llamas dejaron teñidas de negro.

Como es habitual, desde junio hasta octubre se activa el operativo contra incendios del Cabildo de Gran Canaria, que se refuerza con llegada de personal a las Brigadas Forestales (BRAVO) y a las torres de incendios destinado en invierno a otras labores forestales. En verano, el número total de personas que están atentos ante un posible fuego supera los 800 efectivos. Los incendios forestales son muy difíciles de evitar en su totalidad aunque los técnicos no esperan vivir una situación como la de 2019. "Es triste lo que voy a decir, pero prácticamente ya ha ardido toda la cumbre de Gran Canaria, hay poco que quemar", lamenta Carlos Velázquez que añade que, "habitualmente, después de un año con un gran incendio, la población está más concienciada y evita hoguera, quemas sin permiso o tienen más cuidado cuando utilizan aparatos de soldaduras."

Este año, la vigilancia del Cabildo se centrará especialmente en las medianías del norte, como los Altos de Moya, las zonas forestales de Firgas, Valleseco y Teror. "Es el área que más nos preocupa ahora mismo", cuenta el coordinador forestal del Cabildo de Gran Canaria.

Un verano con sequía

El Gobierno de Canarias y los cabildos insulares han dado por comenzada este lunes la campaña del verano contra los incendios forestales, en un año en el que la sequía, sobre todo en el sur y en las cumbres de las islas, puede suponer un mayor riesgo. El consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, Julio Pérez, quien ha presidido una reunión de coordinación entre los responsables de prevención y extinción de incendios de la Comunidad Autónoma y de los cabildos, ha adelantado que en esta campaña habrá 1.421 efectivos humanos, 144 dispositivos mecánicos, básicamente autobombas, y quince medios aéreos permanentemente disponibles en distintas localizaciones.

La sequía puede influir en el tamaño y desarrollo de los incendios, pero es un factor más: "ha habido años secos sin grandes problemas y años húmedos con incendios muy grandes". Así que es difícil aventurar cómo va a ser la campaña, sobre todo porque "la inmensa mayoría de los incendios se inician por causa humana", según el jefe de servicio de Protección Civil y Atención de Emergencias del Gobierno de Canarias, Florencio López Ruano.

López Ruano ha explicado que la tendencia es a desplegar los operativos más allá de las tradicionales campañas de verano, y por ejemplo las brigadas del Gobierno de Canarias están actuando desde mayo a diciembre y uno de los helicópteros mantiene su operatividad a lo largo de todo el año.

El incendio de Gran Canaria llevó también a un proceso de "lecciones aprendidas" desde el punto de vista técnico que se ha reflejado en mejoras organizativas, del transporte de medios entre islas y de las comunicaciones radioeléctricas y de la capacidad de extinción, entre otras.

 
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