Cáritas apela a la tradicional generosidad valenciana
La campaña Tierra Generosa busca la unión entre sociedad y entidades benéficas

Entrevista a Ignacio Grande, director Cáritas Valencia
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Valencia
Ignacio Grande, director de Cáritas València, ha declarado en el programa Hoy por Hoy Locos por Valencia que la pandemia ha agravado la cifra referida a 2019, y que situaba en el 20,3% la población que vive en exclusión social.
La crisis sanitaria de la COVID-19 lleva aparejada una económica que empieza a mostrar sus primeros síntomas. Un lugar de detección es la red de 435 Cáritas parroquiales de la diócesis valenciana, donde el trabajo es diario y constante.
Los servicios de la entidad van desde la entrega de alimentos al asesoramiento social y jurídico, el pago de recibos de suministros, o programas de inserción social entre otros. Trabajos que se realizan con personal propio, pero también gracias a la colaboración y compromiso de unas 6000 personas voluntarias que se han mantenido activas durante la pandemia. Reconoce Ignacio Grande que ha habido que ser muy creativo para seguir ayudando a los demás en tiempos de confinamiento.
Haciendo un llamamiento al característico compromiso social de los valencianos, Cáritas València ha puesto en marcha la campaña Tierra Generosa dentro de su concepto de comunicación ‘estar cerca y estarlo siempre’, con el que se refleja que hay una sociedad que consigue estar siempre cerca de los más necesitados, incluso en las condiciones actuales de obligado distanciamiento. Una invitación a la cercanía, al compromiso y a la corresponsabilidad. Porque Cáritas València está convencida de que la unión entre sociedad y entidades benéficas pueden no solo apoyar, sino ayudar de manera directa a los que en este momento más lo necesitan.
No es casual que la patrona de la diócesis de València sea la ‘Mare de Deu dels Desamparats’, en recuerdo del pasaje de 1409, cuando el Pare Jofré presenció el maltrato a un enfermo mental de camino a la catedral. Intervino para protegerle y se lo llevó a su residencia, dándole cobijo. A partir de ahí, sus sermones en pos de los indefensos llevaron a un movimiento solidario por el que se recaudaron fondos para la construcción del ‘Hospital d’Innocents, Folls e Orats’, inaugurado un año más tarde. Una muestra de cómo la movilización y concienciación social es capaz de dar soluciones a los necesitados.
Otro ejemplo histórico de ese espíritu colaborador valenciano es el camión cargado de pan que llegó a la capital procedente de Alcoi a las pocas horas del desbordamiento del rio Turia, en la conocida como ‘La Gran Riada del 57’. Una catástrofe que dejó miles de damnificados y más de 80 víctimas civiles, desatando una ola auténtica de solidaridad espontánea entre los propios vecinos y los de otras poblaciones que se apresuraron a socorrer a la población.
En la Comunitat Valenciana, la llegada del confinamiento y la suspensión de actividades no esenciales, que progresivamente se empieza a levantar, han impactado en una sociedad que presenta desde hace años datos preocupantes.
Según el más reciente Informe sobre exclusión y desarrollo social en la CV (2019), el 20,3% de la población (en torno a un millón de personas) vive en exclusión social. Y para 472.000 de ellas esta exclusión es severa, lo que les impide tener un proyecto de vida mínimamente estructurado. Se estima que la Comunitat tiene un 0,7% más de pobreza severa que el resto de España, con un 9,5% de la población afectada. Y, para desmontar prejuicios, cabe destacar que el 63% de las personas sustentadoras principales de hogares en exclusión social es de nacionalidad española.
En este contexto, para Cáritas València el impacto de la crisis sanitaria y económica derivada de la pandemia por COVID-19 es especialmente preocupante en este territorio. De ahí la necesidad de una respuesta rápida, capaz de atender a las necesidades sociales que se han presentado de inmediato y podrían incrementarse en los próximos meses. Una labor asistencial para la que piden la colaboración ciudadana.