"Hemos tratado de trasladar en cada plato un mensaje de esperanza"
Marcos López, cocinero del Juan Ramón Jiménez, subraya que la actividad en los días de pandemia ha sido frenética, pero siempre han tenido en el pensamiento a los pacientes
Huelva
La cocina de un hospital no descansa nunca. Es como un corazón a pleno rendimiento las 24 horas del día. El celo de sus responsables es máximo, porque conocen que de lo que se cocina en sus fogones, depende también la mejoría de los pacientes. Marcos López, cocinero, con 22 años de trayectoria en el hospital, cuida cada detalle consciente de la importancia de su labor.
En estos días de pandemia, la actividad en la cocina del Juan Ramón Jiménez ha sido frenética. Y el coronavirus ha obligado a extremar la precaucion que ya habitualmente el personal cuidaba a diario.
Pero el cambio de estrategia de trabajo no ha impedido que en cada plato y en cada menú se ponga el alma de lo mejor de cada cocinero.
Marcos López, cocinero del Juan Ramón Jiménez
05:50
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Cuando las cosas se hacer con amor, se nota. La pandemia ha llenado de maravillosos mensajes de reconocimiento el tablón de anuncios. Uno de los sanitarios contagiados por el Covid 19 agradeció a los cocineros su amabilidad y la presentación de sus platos. Como profesional, no había tenido la oportunidad de hacerlo, pero no quería dejar pasar la ocasión de felicitarlos como paciente.
La madre de un médico residente, que también se contagió, agradeció en una carta a los cocineros y pinches el haber cuidado de su hijo, que ya recuperado, ha vuelto a la primera línea de batalla.
En estos días, la cocina se ha ido llenado de mensajes, dibujos de frutas, murales, fotografías que han dado humanidad y cariño a un trabajo que normalmente se hace con el ruido de las cacerolas pero a veces no tan visible. Un niño da las gracias por la atención recibida al personal de cocina a través de una carta en la que dibuja un gran corazón verde: "Hola cocineros y pinches, soy un niño de 3 años de San Juan del Puerto. Sois unos campeones".
Marcos López solo ha tenido ojos para su trabajo en este tiempo. Y eso vence al miedo. El único temor, quizás, poder contigar a su familia. Es padre de dos niñas. A su padre, paciente oncológico, no ha podido verlo hasta este pasado lunes cuando la provincia entró en la fase 1.
La pandemia nos ha hecho reflexionar sobre la importancia de la libertad, del valor de las pequeñas cosas. Por eso, Marcos López pide paciencia para no desansar lo andado. Para poder tocar, como dice uno de los mensajes de agradecimiento recibidos en estos días, "toda la primavera que está ahí fuera".
Lucía Vallellano
En un mundo tecnológico, enamorada de las humanidades. Me gusta el periodismo de buenas historias y...