Huerta de Albalá: El legado de un visionario

Jerez de la Frontera

Cuando el valenciano Vicente Taberner decidió invertir en la provincia de Cádiz para hacer realidad su sueño de hacer los mejores tintos del mundo no faltó quienes le tacharon de ingenuo y excéntrico. A principios de este siglo, en una tierra dominada por los vinos generosos, invertir en un proyecto para la elaboración de vinos tranquilos sólo estaba en la mente de un visionario, que sin embargo venía de recorrer países y regiones en busca de la tierra prometida que reuniera las mejores condiciones para hacer posible tan ambicioso proyecto.

Casi veinte años después de esto, el pasado domingo fallecía Vicente Taberner. Su sueño, Huerta de Albalá, es hoy una realidad desde Arcos de la Frontera y cuenta con el reconocimiento del mundo del vino. Muchos han seguido después sus pasos y han apostado e invertido por esta provincia como tierra productora de tintos. Pero nadie le discute el honor de haber sido el primero.

Taberner, con su gama premium Taberner nº 1, está entre los mejores vinos tintos de Andalucía y se codean con los mejores de España. Pese a que ya no estará presente, su sueño permanece intacto. Su legado incluye una hoja de ruta con una premisa que no prescribe, elaborar el mejor vino del mundo.

Él, que no era amante de las metas sino de disfrutar del camino, dejó inculcado a su equipo los pilares del negocio: ilusión, voluntad y constancia. Así lo ha recordado este jueves en Abocallena Andrés Soto, vinculado profesionalmente a Vicente Taberner desde su llegada a la provincia de Cádiz y actual director comercial de Huerta de Albalá.