'Y los niños salieron a la calle'

Algeciras

Estábamos contando los días y descifrando las fases de desescalada que nos iban a tocar, todo ello en medio de informaciones sobre contagios, las altas por curación y los lamentables fallecimientos, y observo, cómo esta situación puede doler más si cabe, cuando esta nos toca más de cerca, como nos ha ocurrido con el Doctor Picón nuestro admirado y querido amigo Manolo, gran profesional y mejor persona, le lloramos, le lloraron los grandes profesionales del Hospital Punta Europa, como lo hicieron una semana antes con su compañera Mari Ángeles.

Al igual me ocurre con mi amigo Pepe Fernández, el gallego, pues no tenía palabras para consolar a sus hijos ante una situación tan terrible, ya que en menos de un mes perdieron también a su madre.

A Pepe le conocí, siendo un aprendiz a principios de los setenta, yo era un niñode apenas 14 años, cuando en Talleres Isla Verde, me enseñó a doblegar y dominar el acero por medio de la calderería y la soldadura, era hombre enamorado de las costumbres y de la gente de su pueblo.

Si amigos oyentes, tras cada cifra de fallecidos, hay una historia humana, social y familiar de personas que han ayudado a ser lo que hoy es la sociedad en la que vivimos.

Y en medio de esta difícil situación, un rayo de esperanza, y es que nuestros niños salieron a la calle, y por ello no puedo disimular la alegría que supuso, me recordaban el día de Reyes por la ilusión de los mas pequeños, de los padres y abuelos.

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Y también salieron a la calle esos otros niños de mas de 70 años, ellos y ellas que lo dieron todo, que han sufrido lo suyo y jamás se quejaron, y así el resto de la población andando, corriendo, en bicicleta... y se comienzan a abrir bares y pequeños comercios.

Y es por ello, que debemos ser más responsables que nunca de nuestros actos, ningún Gobierno tiene capacidad de elaborar 47 millones de reales decretos, uno a la medida de cada persona, atendiendo cada situación, circunstancia laboral, social y familiar de cada ciudadano.

Que narices importa la fase de desescalada en la que nos encontremos, si no somos merecedores de ella, aprovechemos cualquier avance como una oportunidad para seguir haciendo las cosas bien, al igual que lo hemos hecho durante estos 60 largos e interminables días.

Tengo todas las esperanzas puestas en este bendito pueblo, que ha dado una maravillosa muestra de sacrificio, de responsabilidad y de cariño.

Como decía, los niños salieron a la calle con alegría y una energía, que me recuerdan a esas bellas y delicadas flores que brotan con ímpetu rompiendo y abriéndose camino a través del duro asfalto de las calles

...Y los niños salieron por fin a la calle, no lo estropeemos.