Héroes de mierda

Córdoba

Vaya mierda de héroes que tenemos. Héroes que no pueden renunciar su “acción heroica”. Me refiero a todos esos colectivos que suelen estar al final de la escala laboral, esa escala laboral que por indignidad y por desgracia se confunde con la escala social. Que la categoría laboral pretenda definir la categoría individual es perverso e inmoral. Igual por eso, buscando lavar la conciencia, los llamamos héroes. Héroes que tienen que salir cada día, arriesgándose, porque para ellos no hay plan b, o trabajan, o no comen. ¿Qué clase de héroe es aquel que no tiene alternativa? Yo lo diré: es un héroe, o una heroína, de mierda.

El heroísmo se alcanza bajo dos paradigmas: libertad y elección. Un héroe tiene opciones, muchas de ellas fáciles, cómodas, placenteras… pero decide hacer siempre la correcta, la que se autoimpone por deber. Decía Ortega y Gasset que “lo heroico de todo héroe radica siempre en un esfuerzo sobrenatural para resistirse al hábito”, pero muchos de estos repartidores, estas reponedoras, las cuidadoras, los transportistas… no se han podido permitir el lujo de saltarse el hábito de “trabajar”.

El héroe es una figura ejemplar, y nuestro cinismo nos empuja a hablar de ejemplaridad cuando en realidad queremos decir, necesidad. Para sentirnos mejor usamos eufemismos y hablamos de personas dignas de admiración, de referentes, de modelos, evitando utilizar otros adjetivos que nos calificarían más a nosotros como sociedad, que a ellos.

Hay preguntas ineludibles que todos deberíamos contestar. Si llamamos héroes a estas personas que no tienen elección entonces ¿qué somos nosotros? ¿Qué calificativo nos tendríamos que adjudicar?