El diálogo musical

Monteverdi

Alicante

Hoy vamos a hablar del diálogo, eso que tanta falta hace practicar. El diálogo entre amantes cara a cara y corazón a corazón, pero también el diálogo político para llevar a un país por buen camino y, por supuesto, el diálogo familiar para crear una convivencia sana y equilibrada. El diálogo, claro, sencillo o retorcido, siempre una práctica muy recomendable, como el precioso dúo Pur ti miro, del compositor italiano Claudio Monteverdi (La coronación de Popea, 1672), en las voces de Phillipe Jaroussky y Nuria Rial.

Hindemith

Si hablamos de diálogos musicales, encontramos auténticas maravillas en la música del siglo XX. Por ejemplo esta, el inicio de la Sonata para Fagot y Piano (Bassoon Sonata) que Paul Hindemith compuso en 1938, cuando se exilió de Alemania huyendo del nazismo.

En esta pieza hay un precioso diálogo a tres voces entre los instrumentos del fagotista Klaus Thunemann y el pianista Piret Randalu. Por cierto, Paul Hindemith ha sido siempre uno de mis compositores favoritos. Me encantan sus fórmulas contrapuntísticas, su toque neoclásico y su melodismo superpersonal e inconfundible. Una figura muy influyente en la música de la primera mitad del siglo XX.

El Tropario de Winchester

Vayamos más atrás en el tiempo, hasta el siglo XI, donde hemos rescatado un discantus, una de las primeras prácticas polifónicas que consistía en un canto a dos voces que combinaba distancias de 8ª, 5ª o 4ª entre las voces.

En el Tropario de Winchester (Winchester Troper) tenemos una colección de piezas con escritura neumática que muestra con pequeños signos el movimiento melódico que debe seguir la voz. En este viaje en el tiempo, escuchamos las voces del ensemble Discantus, dirigido por Brigitte Lesne.

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Bach

Ahora, vamos con un diálogo también a dos voces, pero esta vez nos vamos al siglo XVIII. En 1747, Johann Sebastian Bach fue a visitar a su hijo Carl Philipp Emanuel, quien trabajaba como clavecinista para el rey Federico de Prusia, el Grande. En su encuentro, Federico pidió a Bach que improvisara sobre un tema que el propio rey había compuesto. Bach, que era un gran improvisador, tocó con bastante acierto una fuga, ni más ni menos. Pero, no contento y viendo que el tema real se prestaba a elaboraciones más complejas (y, claro, también con la intención de agradar al rey), de regreso a casa compuso sobre este tema una serie de cánones, fugas y otras piezas siguiendo diferentes fórmulas contrapuntísticas.

En esta colección, la Ofrenda Musical BWV 1079, aparece en varias ocasiones la música encriptada y es que a Bach le encantaban los acertijos, que luego, a los interpretes, nos supone todo un reto descifrar e interpretar.

El tercer Canon a dos voces sigue el “contrapunto del cangrejo”. Se llama así porque el tema se debe tocar empezando desde el principio, pero luego, empezando desde el final, superponiéndose ambas melodías, la del derecho y la del revés. El resultado es una pieza espectacular que cumple perfectamente todas las reglas del contrapunto a dos voces, algo que, os prometo, es complicadísimo de componer.

Anabel Sáez es clavecinista, profesora de piano en el Conservatorio de Elche y directora artística de la Orquesta Barroca de Alicante y del ensemble La Galería del Claroscuro.