Epidemias en Madrid
En estos días nos enfrentamos a una de las epidemias más feroces a las que la ciudad de Madrid se ha sometido. Pero no es la primera. En todas ellas, con los conocimientos de la época, siempre se ha salido y sobre todo ha brillado la solidaridad y el ejemplo de los ciudadanos por encima de todo
Madrid
Si echamos la vista atrás, como sucede con cualquier lugar en donde se concentran masificaciones de personas, las epidemias han campado a sus anchas. Pero al mismo tiempo, hemos encontrado ejemplos de casos en donde los madrileños se han volcado con sus vecinos. Había miedo, como es lógico, ante un enemigo invisible, se buscaban todo tipo de soluciones algunas de las más absurdas vistas con el paso de los años, pero el elemento humano, como sucede ahora con nuestra experiencia con el coronavirus, siempre ha estado presente en todos los casos.
La prevención
Una de las primeras normas que se tomaron en Madrid en 1809 fue la prohibición de enterramientos dentro del recinto poblado. Había habido diferentes epidemias en el principado de Cataluña y esto es lo que motivó que se hiciera en toda España.
Dos siglos antes, en 1630, cuando la peste se desató en el reino de Milán, el monarca español, Felipe IV lanzó un bando prohibiendo la entrada de extranjeros y que ninguna persona de la condición social que fuera, noble o campesino, aposentara en su casa a ningún extranjero. Igual que ahora. Decimos de los Austrias, pero a veces vemos que son más listos que nuestros políticos.
Lo que no se pudo evitar fue un pequeño conato de fiebre amarilla en la primera mitad del siglo XIX. Esta enfermedad transmitida por el mosquito aedes se originó en África y fue llevada por el tráfico de esclavos a América desde donde se expandió a todo el mundo. Muchos casos se dieron en Madrid, especialmente en zonas de acuartelamientos debido a los soldados que venían de Cuba o de otros lugares del Nuevo Continente.
La mal llamada gripe española de 1918, que debería llamarse gripe estadounidense porque surgió allí y desde allí se expandió, es el último caso vivido en España, si no contamos con las guerras. Echando un vistazo a la prensa de la época nos damos cuenta de que los miedos y las soluciones, tanto entonces como ahora, eran idénticas. No salir de casa y desinfectar ferrocarriles y lugares de tránsito.