Los encierros de Cuéllar 2020 en el aire

Cuéllar

Tras conocer la suspensión de los encierros de San Fermín en Pamplona y la Tomatina de Buñol que se hubiera celebrado el 26 de agosto, los cuellaranos se preguntan que pasará con sus fiestas, los encierros más antiguos de España y declarados de Interés Turístico Internacional. La decisión está en el aire, según apunta el alcalde de la villa, Carlos Fraile. “Vamos a ver cómo evoluciona la situación en la que nos encontramos y aunque la curva de contagios parece que va a menos, no podemos tirar por la borda todo el esfuerzo que se ha hecho como sociedad en unas fiestas multitudinarias”, apunta desde la prudencia. Además desde el Ayuntamiento consideran oportuno esperar a si se pronuncian o no las autoridades superiores sobre las celebraciones de fiestas y actividades multitudinarias que suponen congregación de gente.

En el caso de Cuéllar la situación es más complicada porque ya están comprometidas las ganaderías y dos de ellas son de Portugal. En la situación actual no se podrían desplazar hasta el país vecino para hacer el embarque. Por otra parte la decisión del Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales de la Junta de Castilla y León obliga al Ayuntamiento a redactar un nuevo pliego para la contratación del servicio de dirección de campo. Con el Estado de Alarma los plazos administrativos están y suspendidos y hay que espera a que se levante el Estado de Alarma para licitar el pliego. Cada vez queda menos tiempo y se complica la adjudicación. No obstante Fraile explica que el pliego se podría salvar a través de un contrato menor o por urgencia.

En caso de que las fiestas de Cuéllar se puedan celebrar, algo que aún o está decidido, la principal preocupación es “poder hacer unas fiestas con garantías, seguridad y con la complejidad que suponen las fiestas de Cuéllar con un pregón que sería difícil de celebrar en las condiciones que todos conocemos, así como los encierros, los vermut y el acceso a los bares”. Uno de los motivos por los que el alcalde tiene ánimo para hacer las fiestas no es solo por mantener la tradición, el rito y el sentimiento de los cuellaranos, sino también por el componente económico que supone para comercios, bares, restaurantes, hoteles… que atraviesan una mala situación y si no hay fiestas la situación es más complicada aún para ellos.