¿Existen requisitos básicos en la educación?
A Coruña
Cualquier persona que en el momento de levantarse posea la rutina de escuchar la radio mientras inicia sus tareas de aseo, capta noticias como ésta: "Nueve de cada diez españoles piden unidad a sus políticos...", "El bache educativo por la crisis puede tener consecuencia en la formación de estas generaciones..."
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Por un lado, se insta a la unidad de acción política, por otro, a profetizar la debacle con la visión de espectador individual y sesudo sobre el fin de la tragedia apenas un mes y días desde que se inicia "la cosa". Dos cuestiones sobre una mesa vacía. Sobre un tablero que no sustenta alimento alguno de esperanza a la generalidad de seres humanos que habitan la España de las autonomías, según consta en nuestra Constitución.
La cuestión sobre la que reflexiono como maestro va del cómo hago y con quiénes para paliar "el bache educativo" y promover lo que hemos de construir desde la "unidad de acción". Dos aspectos que, como indiqué, encabezaban mi portada mañanera. Ámbitos que forman parte de mi responsabilidad profesional, de mi deber fundamental para garantizar el derecho a la educación y de la obligación de cumplir tal salvaguardia con la conciencia de ser amonestado si no la formalizo.
En mi aprendizaje previo tenía conocimiento de la acción promovida desde el Ayuntamiento de Culleredo (A Coruña), del voluntariado que se puso a su disposición para trasladar el apoyo al alumnado del municipio y una actuación desde el equipo directivo del Colegio de Tarrrío, en la localidad mencionada, según su directora Ana M.ª Liñares. Todos para "moverse" como colectivos que median en su comunidad.
Hoy ambiciono ideas colectivas que sobrepasen mi atisbar individual. En dos blogues grupales que participo en la red social del profesorado "Redeiras" de la Consellería de Educación tengo "amistades". De tales, escudriño, día a día, sus intereses y sus necesidades para que juntos abordemos los temas educativos que deberíamos desarrollar.
Inicio cuestiones para debates porque hay que confluir para esparcir. No dudo de las individuales docentes que hay en los adarves. Interrogaciones destapo acerca de la hueste de partidarios que, según la conselleira de Educación "deberá tener en cuenta", del "esfuerzo colectivo", de la "voluntariedad", de "aquellos que deseen" ejercer la función encomendada al sistema. A todo el profesorado, a toda la docencia individual comprometida, a los que deberán tener en cuenta... les agradece el esfuerzo. ¡Estupendo!. ¡Café para todos!.
Mientras tanto, sigo echando de menos un proyecto educativo concreto y adaptado al momento en donde primen las competencias básicas, la función humanista de la docencia y una estrategia para este tiempo de refuerzo del pilar educativo. La mediación de la inspección educativa y la transparencia de los datos de evaluación real de la situación tendrían que dar constancia...
No tengo vacilación alguna en la docencia egregia de las almenas. A estas alturas, tiene ganado su prestigio social individual sin buscarlo. Titubeo de la confianza colectiva conseguida.
Yo soy un creyente de la importancia de las familias, de la necesidad de llegar a ellas, de darles a conocer el lugar que ocupamos como profesionales de la educación y, por ello, propongo mis diez deseos por si sirve alguno:
- Aprovechar el teléfono particular de cada docente y de los propios centros para que desde las tutorías se hable con el alumnado y con sus familias como medida de apoyo de carácter general. Se arbitrará alguna partida en otros gastos extraordinarios del centro para tal menester.
- Habilitar al personal no docente del propio centro para que las familias con fácil movilidad recojan los materiales remitidos con las indicaciones pertinentes del profesorado.
- Disponer ordenadores propios del centro que "descansan en sus soportes" para que el alumnado tenga posibilidad de emplearlos.
- Solicitar ayuda de los municipios, diputaciones y de la organización de la administración gallega para la innovación tecnológica. Tal apoyo a las familias con escasos recursos tendría utilidad para que el alumnado accediera a Internet.
- Atender, en grupos minúsculos y en determinados horarios, al alumnado con retraso académico y/o necesidades educativas en el propio centro de manera presencial. Las direcciones de los centros facilitarían certificaciones para que el profesorado tuviera capacidad de movimiento hasta el centro de destino.
- Demandar a los servicios municipales y a los servicios de las diputaciones provinciales apoyo, como administraciones próximas a la ciudadanía, para que lleguen al alumnado los máximos recursos disponibles.
- Apelar a los Municipios, a la guardia forestal en los lugares de más difícil acceso, a los servicios de correo, a los servicios de mensajería, a Protección Civil, a voluntariado próximo (O. N. G.) para atender al alumnado en peores condiciones...
- Emplazar al proyecto Abalar, incluido dentro de la operación "Educación digital en los centros educativos", para que habilite alguna aplicación colectiva. Tales programas debieran ser el menor número para su uso común, fáciles en la práctica y en su mediación para el profesorado y alumnado.
- Instar a la Consellería de Educación para que por medio de sus órganos de gestión y control, de los equipos directivos, del personal docente y no docente de las instituciones educativas... lleven a cabo y garanticen debidamente el derecho de la ciudadanía a la educación sin ninguna excusa.
- Abrir propuestas para alcanzar, de manera colectiva y profesional, al mayor número de infancia y adolescencia escolarizada.
Hasta aquí unos propósitos. Otro momento llegará para hablar de contenidos de carácter básico en los ámbitos educativos diversos. Hoy, la memoria no me interesa. Estoy absorto en todas las habilidades para la vida más allá de retentivas y posibles cómo evaluamos.