Un año y un día de aquella bendita condena de Aspas

Vigo

Se cumple un año y un día de aquella bendita condena. Condena que pudo haber sido a pena de muerte para aquel Celta y para su afición pero que al final acabó siendo una dulce condena. El Celta estaba en el corredor de la muerte, en la milla verde y además se atragantó con la última cena cuando el Villarreal se puso 0-2. Nadie pensaba que la remontada era posible. Bueno, nadie menos Iago Aspas que él si creía que podía cambiar. Se puso el mono de trabajo, desempolvó la cartuchera de su revólver y volvió a demostrar que sigue siendo un jugador importantísimo para el Celta. Llevaba 3 meses y dos semanas sin jugar pero, cual Cid Campeador, decidió subirse en su imaginaria Babieca para atacar a los rivales que vestían de amarillo y casi cantaban la victoria. Ahí empezó A Nosa Reconquista. Aquellas lágrimas de Iago Aspas en el banquillo fueron las lágrimas del celtismo. Iago Aspas se negaba a tirar la toalla; él es un ganador nato. Hemos recordado en Hoy por Hoy Vigo y Baixo Miño los sonidos de aquel 30 de marzo de 2019. Un año y un día de aquella bendita condena, sí.