Decir adiós a un ser querido: carta de despedida, lanzar al cielo un globo o preparar un altar con sus fotos

Murcia

El estado de alarma que vive nuestro país por culpa de la pandemia de coronavirus ha obligado a suspender los velatorios y entierros tal como los conocíamos hasta hace una semanas. El dolor por la muerte de un ser querido; ya sea afectado por Covid-19 o por cualquier otro motivo, aumenta de forma exponencial la pena que sentimos al no poderlo despedir de la forma a la que estamos acostumbrados culturalmente. Dar el último adiós a ese ser querido es para muchos el inicio de un duelo que nos ayudará a superar su adiós definitivo.

Pero, si no podemos velar a nuestros muertos cómo tenemos por costumbre ni tampoco recibir el abrazo de quienes nos acompañan en esos duros momentos. ¿Qué podemos hacer para mitigar el dolor que sentímos? ¿Cómo podemos hacer el duelo en una situación de estas características?

Estas y otras preguntas son las que hemos trasladado a Mirelle Rosique, enfermera experta en pérdidas y duelo y presidenta de la Asociación Duel'Ando.

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Rosique nos cuenta que el dolor por la muerte de un amigo o familiar puede ser tremendo en circunstacias como las que nos rodean, "aun así debemos hacer todo lo posible para poder despedirnos de esa persona, aunque sea de una forma diferente a la que estamos acostumbrados", asegura.

La experta en pérdidas y duelo nos aconseja hablar del ser querido que acabamos de perder; con la ayuda de la tecnología, con el resto de familiares y amigos. "Incluso podemos quedar a una hora del día y cada uno desde su casa dedicarle un carta de despedida, lanzar al cielo globos con su nombre o dedicarle una especie de 'altar' con sus fotografías en redes sociales o en casa", nos aconseja Mirelle.

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Tan importante es iniciar el duelo - nos comenta Rosique- como no descuidarnos a nosotros mismos durante este tiempo en el que la tristeza nos invade, "debemos alimentarnos bien, hacer ejercicio y no descuidar nuestra persona, es importante que lo hagamos", resalta.

Mirelle Rosique nos recuerda que todas las emociones que siente el ser humano sirven para algo: "la tristeza, la rabia o la gran frustración que vendrá después por no haber podido asistir a su entierro. Evidentemente son muy normales, debemos darnos permiso a nosotros mismos para sentir, llorar o rabiar y compartir todo ello con nuestros familiares y amigos, debemos contarles cómo nos sentimos. Eso nos ayudará a superar el duelo", aconseja.