Abuela a distancia
Nos metemos en la casa de Amalia, que vive sola y extraña mucho a sus nietos, para saber cómo está viviendo este confinamiento

Amalia habla con sus nietos por videollamada / Imagen facilitada

Aranda de Duero
Estar lejos de tus seres queridos en tiempos como estos es complicado. No tener la rutina que acostumbras y cambiar tus hábitos, también. Pero nada comparable como ser abuela o abuelo, y no poder ver a tus nietos e hijos en persona. Es lo que le ocurre a Amalia, una abuela ribereña que por motivos obvios extraña -y mucho- a los suyos. Vive sola, pero se apaña y se entretiene, fundamentalmente leyendo a Julia Navarro. “Ahora se me pasan las horas que no me entero”, detalla.
No puede ver a su familia físicamente pero sí disfrutarla telemáticamente. Porque a través de la tecnología se apoya en ella para hacer llevadera la soledad. En su hogar no faltan las videollamadas. “A veces toco algo y se empiezan a reír mis nietos porque no se me ve y me dicen ‘abuela pero qué has tocado’ y echamos muy buen rato”, cuenta Amalia. “Mis hijos me dan ánimos, que eso es mucho, me traen la compra y me la dejan en la puerta, y me apaño con al menos salir a la terraza y poderles ver la cara aunque sea a distancia”, añade.
Los mensajes y los ‘te quiero’ siguen. Pero cuando esto acabe, Amalia achuchará con más fuerza que nunca a sus hijos y nietos. La misma fuerza que ellos le brindan cada vez que le dicen lo mucho que la extrañan. Porque cada día que pasa, ese abrazo fuerte está más cerca.