Cáritas: "Lo que estamos viviendo puede ayudarnos a retomar el sentido de humanidad"
Rafael López-Sidro, director de Cáritas Diocesana en Jaén
Linares
No había finalizado el mes de febrero, cuando se manifiesta entre nosotros un virus procedente de la República Popular de China, denominado coronavirus, después de haber hecho estragos en el país de origen. Esta pandemia, al margen de otras consideraciones que requieren otro artículo, desde el punto de vista social y humano, ha provocado un estado de miedo y de desorientación general que ha traumatizado a nuestra sociedad y al mundo entero.
Hasta antes de las pasadas Navidades nos sentíamos tan seguros de nosotros mismos, tan llenos de soberbia y de creencia de que éramos invencibles y capaces de vencer a la propia naturaleza, que un virus imperceptible venido del otro extremo del mundo, ha paralizado al propio mundo y lo ha llenado de temor e impotencia. Nos creíamos capaces de todo, y resulta que no somos casi nada, prácticamente nada. Como señaló este viernes el Papa Francisco en su oración a favor de toda la humanidad “la tempestad pone al descubierto todos los intentos de encajonar y olvidar lo que nutrió el alma de nuestros pueblos; Todas esas tentativas de anestesiar con aparentes rutina “salvadoras”, incapaces de apelar a nuestras raíces y evocar la memoria de nuestros ancianos, privándonos así de la inmunidad necesaria para hacerle frente a la adversidad”.
Lo vivido en estos últimos treinta días está haciendo despertar a nuestra sociedad adormecida, y a reaccionar con un enorme espíritu de solidaridad, al tiempo que saca del baúl todos esos valores que hacen grande a una sociedad y a sus miembros. Los testimonios son innumerables y admirables.
Lo más importante de todo lo que estamos viviendo, es que nos puede ayudar a retomar el sentido de humanidad, que es el único va a permitir poner en el lugar que le corresponde a la persona, a toda persona, por razón de su inmensa dignidad, y que ha sido en las últimas décadas tan duramente mancillada.
Esta situación de emergencia ha obligado a Cáritas a reorientar toda su actividad con el fin de poder seguir atendiendo las necesidades básicas de los sectores más vulnerables (mayores, discapacitados, víctimas de la explotación sexual, personas sin hogar y familias sin recursos) y cumplir, a la vez, las normas sobre aislamiento.
Pero también estamos obligados a trabajar en trasmitir a nuestra sociedad un importante mensaje de cara al día siguiente, al día que hayamos podido vencer la pandemia que ahora nos asola. No va a ser fácil la situación económica, no solo de nuestro país, sino de todo el mundo, con el agravante para nosotros de que no nos ayudan los indicadores macroeconómicos. Vamos a vivir tiempos muy difíciles, y ello requiere que profundicemos en el sentimiento de solidaridad y de valores que estamos experimentando en estos días por parte de muchísimos de nuestros compatriotas. Solo así vamos a poder superar todas las consecuencias de la acción de un virus que ha conseguido que abramos los ojos, y nos demos cuenta de que estamos obligados a alterar muy seriamente nuestro modelo de vida. Espero que así sea por el bien de todos, especialmente por los excluidos.