"No somos héroes"

Santa Cruz de Tenerife

Hoy quiero hablar de los otros. De los que no pueden refugiarse en las habitaciones esperando que pase la tormenta. Hoy quiero unir letras y conjurar los miedos junto a los que están mirando al enemigo de frente. Los que están en primera línea de esta guerra invisible, los sanitarios, auxiliares, personal de limpieza, celadores, conductores de ambulancias y empleados de seguridad. A este enemigo nuestro, lo barruntamos desde las paredes del útero seguro de nuestras casas pero ellos conviven interminables horas con él. Muchos los admiramos, nos apresuramos a aplaudirles casa día a las siete de la tarde en nuestros balcones, como forma de homenaje pero también para no sentirnos tan solos. Pero ellos mismos, nos advierten: no son héroes. Ellos y ellas han desgranado años estudiando, perdido juventudes para responder a una vocación inquebrantable. Se han preparado para ganar la guerra a la muerte, al menos cuando sea posible y como reza su principal lema hipocrático: Primun non nocere (ante todo no hacer daño).

No me gusta la figura del héroe y a ellos tampoco. Son trabajadores y trabajadoras que aman la Medicina, que viven por su profesión pero que, como usted o como yo, no quieren morir, al menos por ahora. Sin embargo, la realidad les ha impuesto una heroicidad tal vez no querida e injusta. Ahora sí, son héroes de los de capa y espada, listos para combatir y morir. Su heroicidad impuesta por tener que lidiar con la amenaza sin medios, por ejercer su ímprobo trabajo sin mascarillas, sin guantes, sin lo más mínimo. Héroes, ahora sí, por tener que acompañar en la muerte solitaria de la UCI, por enfrentarse a una carga viral que puede ser mortal, por sentir la impotencia más desoladora y seguir adelante. Son los que también están cayendo, los primeros en la línea de fuego. Les ha convertido en héroes los recortes en sanidad, las magras dotaciones, el maltrato económico. Me enfurece cuando en estos días la clase política emplea ese término de forma muy laxa, como si al pronunciarla se justificaran todas las carencias y se bendijera el sacrificio. Hace unos días, lo decía una enfermera a Carles Francino: “nosotros no somos héroes sino profesionales y necesitamos ayuda y recursos”. Quizás en nuestra sociedad sobren los héroes y los políticos y hagan falta más médicos investidos de dignidad y de recursos.