El Batman de mi salón
'Diario de cuarentena', de David Perdomo.
David Perdomo / Cadena SER
Las Palmas de Gran Canaria
Con la cuarentena he descubierto que hay un objeto en mi salón que no pega con el resto de la decoración. Es un juguete de mi niñez del que presumo : un Batman. Era mi héroe favorito de niño. Batman no tenía superpoderes pero sí una supercuenta bancaria que le permitía hacer mucho ingenios con los que derrotar a los villanos. Lo que más me gustaba de ese personaje es que Bruce Wayne era un hombre, de carne y hueso, normal. No le había picado una araña mutante, ni venía de otro planeta. Era un tipo normal, multimillonario sí, pero un humano con sus traumas y sus historias en la cabeza. Y, aunque no tenía por qué, luchaba contra el mal. Y fíjense que, estos días, he visto a muchos héroes y heroínas como el Batman de mi salón.
Por ejemplo, desde mi ventana he visto a María Ana. Una de las trabajadoras que se encarga de la limpieza de las calles. Siempre ha sido un puro nervio, de esas personas que saluda a todo el mundo. Ahora ya no tiene tanta conversación pero es una heroína porque con sus guantes se enfrenta al miedo de tener que dejar limpias las aceras en tiempos de pandemia.
En el supermercado no he visto a uno sino a decenas de héroes. Por ejemplo a Néstor, un reponedor con discapacidad intelectual que trabaja en la frutería. Aun con la histeria del mundo te pesa la fruta con una sonrisa y nunca se olvida de darte las gracias. Aunque mi favorita es Suyin, la dueña, de origen chino, que abre cada día la tiendita de la esquina. Los pocos niños que pasan por su negocio estos días se llevan una chuchería de regalo.
Y esta semana he podido entrevistar a Alejandro, que se ha ofrecido a cuidar de las mascotas del personal sanitario. O a Catalina, una trabajadora social que atiende en sus casas a mayores y dependientes pese al riesgo que corre. O a Patricia, que ha decidido perdonar el alquiler de este mes a su inquilino que se ha quedado sin trabajo.
Por ahí hay otros héroes anónimos que en unos días conoceremos o quizás no. Que van a cuidar de sus mayores, que no van a despedir a sus trabajadores ni siquiera de manera temporal, que salen a la calle para contarnos las noticias o que trabajan para sanar a otros aún a riesgo de contagiarse. Por ahí hay muchos héroes y heróinas, sin capas ni antifaz, que estos días, a diferencia de la mayoría y de mi Batman, no se quedan en el salón de sus casas sino que su deber les hace salir a la calle por el bien de todos.
