"¡Admirable nación que, en caso de emergencia, considera prioritario limpiarse el culo!"

Murcia

El 116 de la Constitución española es uno de esos artículos de los que apenas se habla en las aulas de Derecho. Se pasa por alto porque no es frecuente que un gobierno democrático lo aplique.

Sin embargo, Sánchez, el jefe del Ejecutivo, acaba de decretar el Estado de Alarma en nuestro país con el fin de poner en marcha medidas drásticas por la situación sanitaria que sufrimos.

Al final, de seguir así, con el 155, cuyo contenido tantas veces hemos escuchado, y con el recién aplicado 116, nos vamos a aprender de memoria una Constitución a la que, hasta ayer mismo, nadie le hacía caso.

En la puerta de algunos supermercados, desde bien temprano, he visto gente, con los nervios de punta, que hace cola para arramblar con todo lo que pueda como si el apocalipsis, anunciado en su día por un san Juan, un tanto fumeta, en la isla de Patmos, estuviera a la vuelta de la esquina.

Pero lo más curioso del asunto es, sin duda alguna, entender las razones por las que esas mismas personas hacen acopio de papel higiénico: decenas de rollos como si su confinamiento fuera a ser para toda la vida, como el Segismundo de La vida es sueño.

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Se considera normal acaparar productos básicos de alimentación, pero no lo es tanto el misterioso asunto del papel higiénico.

En Australia, por ejemplo, han tenido que colocar guardias de seguridad en torno a ese producto, con el fin de que no lo acumulen sólo unas cuantas personas.

No han sido pocos los medios de comunicación que han dedicado unos cuantos minutos o algunas páginas a analizar tan curioso fenómeno. Los psicólogos aseguran que la adquisición de un producto tan habitual en la casa, genera una falsa sensación de control sobre la situación.

Sin contar con el llamado "efecto bola de nieve". El papel higiénico es uno de los productos más voluminosos, de los más visibles en el carrito de la compra, y, por lo tanto, termina por convertirse en objeto de deseo de quienes van al supermercado.

El escritor vasco Fernando Aramburu, el autor de ese novelón titulado Patria, lo ha dejado bien claro en las redes sociales. Al ir a comprar a un supermercado alemán, cerca de donde él reside, observó que había de todos los productos... De todo, menos papel higiénico. Su conclusión no puede ser más contundente: "¡Admirable nación que, en caso de emergencia, considera prioritario limpiarse el culo!".