Renta Mínima de Inserción: "La pobreza no es una obligación"

Madrid

Familias que no llegan a fin de mes, con niños pequeños. La renta mínima de inserción (RMI) es, para ellos, un derecho, la única salida que tienen para pagar sus pisos, la educación de sus hijos o la comida. A muchos se les ha paralizado esta ayuda, incluso se les ha suspendido. Han acudido a Sol con sus voces, gritando a favor de la renta mínima, y con pancartas, en las que se podía leer "La pobreza no es una obligación" o "Ayuso, paga mi RMI".

La Comunidad de Madrid fija la RMI en 400 euros, frente a los 730 euros del umbral de pobreza. En la región hay más de 480.000 personas que viven en riesgo de exclusión social. "Hay que hacer una renta mínima acorde a los estándares europeos. Hay que exigir a la Comunidad que trate a todos los ciudadanos con dignidad", dice Roberto Borda, portavoz de la Asociación APOYO. Asegura también que el 50% de las familias a las que se les ha denegado la RMI tienen niños pequeños.

Es el caso de Toñi, en paro, separada de su pareja, con dos hijos -una niña de 9 y un niño de 4-. Hace una semana "me envían una carta suspendiéndola. Era la única ayuda que yo tenía para mantener a mis hijos, mi casa, los gastos y todo", se queja. Ella y sus pequeños viven en una casa de la Empresa Municipal, pagan 300 euros al mes por esta y sin la RMI no lo podrán hacer.

En Madrid, desde 2017, más de 8.000 familias han perdido la renta mínima de inserción. Ahora son 22.300 las que tienen este derecho, cuando, hace tres años, eran 30.500 las que lo cobraban.