Osas Ehigiator se confiesa: "De pequeño el baloncesto no me gustaba nada"
El fuenlabreño ya está concentrado con España
Fuenlabrada
Desde este lunes Osas Ehigiator está concentrado con la selección española de baloncesto en Guadalajara antes de viajar a Rumanía para el primero de los dos partidos de las ventanas FIBA de clasificación para el Eurobasket. La sesión estuvo dirigida por Luis Guil por la presencia de Sergio Scariolo en la entrega de los premios Laureus.
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Las historias de los jugadores de baloncesto profesionales suelen estar marcadas por una herencia familiar, una pasión de padres a hijos. No es el caso del fuenlabreño (aunque nacido en Sevilla), que se cruzó con la canasta casi sin querer en Secundaria. Ahora, afronta la llamada de la selección.
"De pequeño el baloncesto no me gustaba nada, nada de nada. Siempre jugaba al fútbol con mis amigos, toda la gente cercana a mí jugaba al fútbol, al baloncesto no jugaba nadie", recuerda en la semana de su incorporación a la selección absoluta el pívot de 20 años, tímido pese a sus 2,07 metros de estatura.
Aun habiendo heredado una genética propensa a las alturas -los 197 centímetros de su padre, nigeriano al igual que su madre, que emigraron a España por motivos laborales-, el pequeño Ehigiator nació en Sevilla y se crió en Madrid, en una cultura de balompié, e incluso llegó a entrenar en la cantera del Fuenlabrada de fútbol.
El cambio llegó al comenzar la Secundaria, cuando su altura ya era relevante y el balón naranja se cruzó en su vida. "Mi madre y mi tío me apretaban: 'Eres alto, prueba, así haces deporte'", recuerda. No pasó ni medio curso cuando su instituto, el África de Fuenlabrada, le envió a la cantera del 'Fuenla' de basket.
Los inicios no fueron sencillos para un jugador que, pese a su talla, no contaba con los fundamentos. "No tenía ni idea. En los entrenamientos me sacaban del grupo a hacer bote, técnica de carrera, porque era súper descoordinado", evoca de aquella etapa infantil. Los compañeros le acabaron de enganchar a la canasta.
Después de años apoyando los entrenamientos del primer plantel y diferentes cesiones para buscar minutos, el debut llegó el curso pasado: 10 minutos en Nymburk (República Checa) en la Liga de Campeones de Baloncesto, cuando el equipo estaba prácticamente eliminado, y las últimas dos jornadas de la Liga Endesa, ante Manresa y Tenerife. Este curso ya lo inició como jugador de pleno derecho del primer equipo. "Era mi sueño", admite.
Un sueño que se ha hecho realidad esta temporada, en la que promedia 14 minutos, 4,8 puntos y 2,9 rebotes pese a una mala racha de diez derrotas que han puesto al equipo en puestos de descenso. "Yo creo que el equipo sí se salva, lo hemos demostrado en los últimos partidos y vamos para arriba", dice.
Su llamada para estos dos duelos de clasificación para el Eurobasket 2021, contra Rumanía y Polonia, es producto de la escasez de interiores para estas 'ventanas FIBA', en las que no participan los jugadores de la NBA y la Euroliga. "Jugadores interiores no hay muchos en España, eso es una gran ventaja que tengo", admite.
Osas Ehigiator se define, ante todo, como un defensor. "Sobre todo destaco bastante en defensa, a lo mejor no soy el jugador más talentoso del mundo, pero lo doy todo. Defensa, rebote, intimidación, machacar todas las que pueda delante del aro, jugar duro... Ese es mi juego", señala.