Zeta Zetas: del suelo al cielo
Historia a través de sus protagonistas del gran giro en la murga de la innovación: pasaron "de tirar lo mejor en fase" a ser hegemónicos dominadores del concurso

Los Zeta Zetas, durante su actuación en fase. / Álvaro Armas (El Carnal)

Santa Cruz de Tenerife
El éxito superlativo de Zeta Zetas sobre el escenario del Recinto Ferial (con su tercer triunfo en los últimos cuatro años de concurso) ya tiene una semana de vida. Siete días más tarde, son absolutamente comprensibles las imágenes de emoción y lágrimas de sus componentes y especialmente la de su director el viernes en el momento de conocerse el veredicto del jurado. Pero más todavía se entiende su felicidad si se atiende a la historia de la murga en el último decenio. Del suelo al cielo, el plantel del Mercado de La Salud ha dejado de ser 'la Bambones de hacendado' o la murga de zona media que tiraba "lo mejor en fase para no quedarse sin final". Ahora, domina de manera hegemónica el concurso y su estilo rompedor ha instalado el debate sobre la conveniencia de imitarles. De momento, son únicos.
Iván Hernández es de los integrantes de Zeta Zetas que mejor puede explicar la evolución del grupo. Entró en 2006 porque coincidió en la Facultad con Víctor, "un chico que ya estaba en la murga". Fue a ver un ensayo y ya se quedó para siempre.
Una vez en la fila, conoció cuál era el origen de la murga y el porqué de su nombre. El caso es que el inolvidable Luis Hormiga, Suspi, tenía registrada la denominación de Zeta Zetas "porque era el producto para matar a los chinches", lo cual solo se entiende por la histórica y acérrima rivalidad de Los Bambones y Los Chinchosos de entonces. En el momento de la fundación, la cooperación de componentes de la murga de El Cardonal fue clave, hasta el punto de que fue Javi Nóbrega quien les diseñó el logotipo que aún permanece vigente.
El origen
"Había mucha gente que quería entrar en Bambones y fue Suspi quien les recomienda que monten una murga nueva. Es que acceder a Bambones estaba complicado por aquel entonces. Y así fue que se reunieron en el local de Diablos Locos para fundar Zeta Zetas. Ahí estaban David El Peseta, Adrián el Canario y David Padilla", cuenta uno de los testigos directos de aquel proceso.
"Los peores recuerdos son sobre todo en 2009 y 2010", retoma Iván, "cuando nos quedamos sin final aunque mucha gente nos metiera en sus quinielas". "Fue un gran palo. Y lo mejor es sin duda ver cuál ha sido la evolución de la murga en estos últimos años".
Es Zeta Zetas una murga heterogénea. Hay funcionarios de despachos, policías como el director Javi Lemus, personal de la refinería, feriantes, albañiles, deportistas... y así han pasado de ser una murga casi juvenil a una mucho más adulta, con gente de casi todas las edades.
Adrián Fuentes, que lo ha sido todo y puede presumir de haber estado en la murga todos y cada uno de sus años de existencia, afirma que son "un grupo que trabaja muchísimo. La gente ignora el sacrificio que supone salir cada año. No digo que las demás no curren, pero para llegar al nivel que damos es obligatorio dejarse la piel". Ahora en la cima, subraya que ha habido "muchos momentos dificiles, algunos críticos como la salida de david a problemas serios en la directiva". "Un día la costurera nos dejó sin disfraces, otro sin botas... Prácticamente me lo he comido todo. Todos hemos sufrido y ahora todos estamos disfrutando", resume.
La evolución
Vale el testimonio de Adrián para percibir que el año que les cambió la vida "fue el del accésit, no el del primer Primero". "Pasamos de ser una murga sencilla a hacernos un nombre. Y tan orgullosos estábamos que nos llevábamos el cartón a todos lados: íbamos a comer, nos llevábamos el accésit; íbamos a cenar, nos llevábamo el accesit", cuenta entre risas.
De la murga se conoce sobre todo el liderazgo incuestionable de Javi Lemus, que se ha confirmado como un director imprescindible al frente de la parte artística. Y junto a él, su núcleo duro: un Josito necesario al 100% en la ración innovadora de cada año y otro amante incondicional del género murguero como Iván Seco. "Pero luego hay un grupo detrás formado por Ruymán, Fran, Airam y demás... que han sido claves", dice Iván, quien rememora tan solo un detalle para confirmar hasta qué punto ha sido bestial el crecimiento de la murga. "En 2014 celebramos el pase a la final por todo lo alto, así que imagínate".
Posiblemente es la del monigote la canción que marca un antes y un después en la historia de Zeta Zetas. "Fue un tema tuvo que guardarse de un año para otro porque nos quedamos fuera de final. Luego vinieron más apuestas visuales: la pecera, el hombre espejo y las que nos llevaron a los premios". Entonces empezó a añadírsele a la murga los apellidos que ahora aparecen grapados a su historia: que si la murga 2.0, que si la murga de la innovación, la de los efectos especiales, la de las superproducciones...
El estilo
Poco a poco, la murga fue construyendo su propio ADN. Y en él resulta inconfundible la aportación de Brito, que entró hace ahora 11 años. Sus parodias ya son parte fundamental del repertorio. "De hecho tan solo he cantado con la murga una vez, y si acaso una o dos músicas. Casi siempre me he dedicado solo a la parodia. Todo surgió el año que hicimos el 'foco aquí' de Bolorino. Llegué a vestirme como uno más para la final pero David Padilla me propusó que fuese a Carolan y consiguiera un traje de Batman para hacer la imitación mientras la murga se cambiaba. Gustó. Y así se quedó como una tradición que repetimos todos los años". En este 2020, con la innovación de que grabó sus intervenciones en vídeo como si estuviese apareciendo desde la cocina de su casa.
"La línea de la murga no ha cambiado tanto; lo que sí ha cambiado es la presencia en los premios. Pasamos del estilo de David Padilla, que puso los cimientos y las primeras ideas; a éste otro. Antes se nos decía que éramos marca blanca y ahora tenemos sello propio", presume. "Es que una murga no puede formar su propio estilo de la nada; te fijas en las buenas e intentas coger lo que te gusta de otras... hasta que ya por fin logras diferenciarte y ser tú mismo", añade Brito.
Mientras Iván Hernández se considera a sí mismo "lemusista" y afirma que la presencia del jefe es absolutamente necesaria, Brito añade que "detrás del éxito hay mucho trabajo". "El que ha llevado este barco al éxito ha sido Javi Lemus junto a las letras de Martel. Nos hemos convertido en un grupo de locos que no se conforman con nada. Ya te puedo decir que he estado acostado en casa y he recibido mensajes de Javi a las tres de la mañana. Y he llegado a pensar: creo que no sabe ni la hora que es".
En cuanto a la guerra de los estilos, cada vez más presente en el concurso, Brito sentencia: "Intentamos que alguien que va a ver un show, que se divierta. Si todas cantásemos igual, seguro que la gente se aburriría de ver siempre lo mismo. Y hemos llegado a un punto que la frase más repetida dentro y fuera de la murga es: "¿y el año que viene, qué? ¿volar? ¿desaparecer?"
Pero cualquier pregunta sobre los Carnavales venideros tiene que ver con la decisión de Javi Lemus: seguir o dejar la murga en lo más alto, tras haber hecho historia. "Estoy orgulloso de que en 20 ó 30 años se recordará lo que hemos hecho como a los Triquis de la 'posesa' o a la 'Escuelita murguera' de Bambones", decía el día después de la final en su primera entrevista.
El líder
El desgaste de Javi es evidente, pero también el orgullo de haber sacado adelante una murga que muchas veces se quedó en la estacada. Se quedó de director en septiembre de 2014, aunque ya antes le tocaba hacer las veces de jefe cuando David Padilla faltaba por irse a trabajar. "El reto desde entonces ha sido inmenso. Lo más difícil ha sido reponer los ánimos y la motivación de la murga en momentos tan complicados como la salida de David, con solo un tema y medio montado. Unos cuantos tiramos del carro y hasta llegamos a pasar terceros a la final", recuerda.
"Eso nos dio fuerzas para montar un buen proyecto. Teníamos claro que teníamos que hacer fichajes potentes, de ahí nuestro interés en contar con Besay, que ha dado un gran plus musical a la murga. Otra de las decisiones que más me costó fue ponernos de pie tras la salida de Pablo Moreno, con el que ya teníamos un molde hecho. Así que de algún modo hemos tenido que reinventarnos año tras año, esta vez con el fichaje de Richard". Y así es como, una vez puestas todas las fichas en su lugar, la murga ha cogido forma de éxito. Un éxito sinfónico como la espectacular puesta en escena de este año; coral, porque es mérito de todos; y muy visual, porque la murga entra por los ojos hasta encandilar a todos: jurado, afición, prensa especializada y hasta a los componentes de otras murgas. Estos días no han hecho sino recibir mensajes de felicitación. No es solo por haber ganado; es por haber marcado una época. Del suelo al cielo, así es como Zeta Zeta pasó de la nada al todo.