El claustro del CEIP Juan XXIII suspendió a principio de curso todas las actividades que pedían pin parental
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Imagen de archivo de unos niños en clase / Foto: Getty
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Murcia
Los alumnos del colegio público Juan XXIII de Murcia empezaron el curso sin actividades complementarias sujetas al llamado Pin parental. Todavía no había estallado la polémica por el acuerdo de presupuestos del PP, Ciudadanos y Vox pero ya estaba encima de la mesa la orden de la consejería que lo exigía.
Por ejemplo, no se dio la tradicional charla en el centro que ofrece la policía local de la ciudad para hablar de seguridad vial u otras cuestiones. "Todos los años se hacía y este año nada", cuenta un profesor.
El motivo es que el claustro, en una de sus primeras reuniones, el 23 de septiembre supo de "la insumisión" de uno de sus profesores ahora jubilado.
Antonio Rubio expresó en esa reunión que la instrucción del pin parental "vulneraba normas de rango superior" y señaló que "no pediría autorización de los padres para ninguna actividad complementaria". El profesor propuso que "mientras no se resuelvan los recursos presentados contra esta resolución" no se hiciesen actividades. Y así se hizo. El claustro decidió no hacer actividades sujetas a pin parental "excepto aquellas en las que ya se pedía autorización por necesitar aportación económica o por ser fuera del centro".
El claustro también propuso hacer un escrito "expresando nuestro malestar por tener que solicitar estas autorizaciones", aunque finalmente no se hizo este escrito.