"Antes hacía botellón, ahora quedo con los amigos para abrir botellas de vino"
Juan Carlos Carrasco, hijo del gran chef jerezano, rompe la tradición familiar en la cocina para volcarse en la enología
Jerez de la Frontera
Parecía predestinado a seguir los pasos de su padre, Juan Carlos Carrasco, uno de los grandes cocineros jerezanos del último cuarto de siglo, o de su tío Alfredo, pero decidió seguir el consejo de Fernando Córdoba, buen amigo de la familia, y Juan Carlos Carrasco Jr entró en el no menos apasionante mundo de la enología.
"Pensé que sería algo temporal, como apoyo para luego dedicarme a la gastronomía, pero me ha gustado demasiado. Es un mundo maravilloso que me ha puesto en contacto con gente fantástica y ya no lo cambio por nada", asegura.
El interés por el vino se ha disparado en los últimos años en todo el mundo, de manera que es poco menos que inabarcable. Para el joven enólogo, la especialización no es un objetivo: "Luis Pérez, con el que trabajé un tiempo, me decía que al ser de Jerez teníamos que ser los que más más conociéramos nuestros vinos, pero a partir de ahí hay que intentar conocer lo máximo posible, aunque cuanto más avanzas más se abre el abanico".
A sus 23 años, entrar en el mundo de los vinos no es muy común en gente de su edad: "A veces me veo más como un bicho raro que otra cosa. En la Universidad había gente que comenzaba la carrera como pueste a otra, pero muchas se enamoraban de los vinos y no cambiaban". A su modo de ver "estamos a un buen nivel de formación enológica y la zona en la que estamos ayuda, pero hay que acercar el producto a los nuevos consumidores".
Preguntado por si sigue haciendo botellón, asegura que "ahora ya no, prefiero quedar con amigos y abrir unas botellas de vino".
Después de cumplir con los cuatro cursos de Enología en la UCA, de hacer prácticas en las bodegas Luis Pérez y de hacer dos vendimias en la Ribera del Duero, Juan Carlos Carrasco dedica su tiempo a hacer catas en sin antiguto IES Lola Flores y a preparar un curso de iniciación a los vinos en la segunda planta de Alfredo Café & Copas.