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Maternidad

El mecanismo instintivo del amor o cómo las madres se enamoran de sus hijos

Investigadores del Hospital Gregorio Marañón explican los cambios que se producen en el cerebro de una mujer durante el embarazo

Una mujer sostiene la mano de su hijo de dos semanas de edad. / Getty Images

Una mujer sostiene la mano de su hijo de dos semanas de edad.

Madrid

Sobre el amor todos escriben. Y viven. Motor de inspiración musical, literaria, poética, persigue ahora la ciencia su corazón, que le señala como origen verdadero de la vida, de su viabilidad y evolución. El amor como instinto que nos permite existir. Así, investigadores del Hospital Gregorio Marañón han expuesto este jueves sus conclusiones acerca de la transformación que sufre el cerebro de una madre durante el embarazo. Un movimiento interno que adapta el sistema de placer y refuerzo de la mujer embarazada, la lleva a enamorarse de su hijo y la estimula para sus cuidados.

En este nuevo universo abierto por el amor y el instinto o el amor instintivo -explican los responsables del estudio que este mecanismo opera de igual manera en otros mamíferos-, la madre experimenta un placer nuevo, hasta entonces quizá presente a través de otros niños pero al tiempo más lejano, cuando ve las fotografías de su bebé tras el parto. La caja de sus pensamientos cambia por y para querer a su pequeño quien, a su vez, precisa de este cariño para un desarrollo sano. 

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"Hemos demostrado que los cambios en este circuito hacen que el bebé se convierta en el estímulo más relevante, llamativo y placentero para la madre que, como consecuencia, modificará su conducta para estar en contacto constante con él, cuidarlo y protegerlo", indica Susana Carmona, la investigadora del Servicio de Medicina Experimental del hospital madrileño que ha liderado este estudio.

Qué ocurre en el cerebro  

La investigación ha analizado la neuroimagen estructural y funcional de madres primerizas antes y después del embarazo. Es decir, ha sometido a un grupo de mujeres a resonancias magnéticas para obtener un escáner cerebral. "Encontramos disminuciones volumétricas en el núcleo accumbens (el área del cerebro que se encarga de de la motivación y el placer) en las mujeres tras su primer embarazo y, cuanto más disminuía el volumen de esta estructura, más se activaba esta área cuando la madre veía estímulos relacionados con su bebé". Dicho de otro modo, el bebé se convierte en el casi todo, como en cualquier enamoramiento.

El trabajo de Carmona y todo el servicio de Medicina Experimental y el CIBER de Salud Mental -con la colaboración de la Universidad Autónoma de Barcelona- también trató de controlar otras variables no relacionadas con la maternidad escaneando a mujeres que ni tenían hijos ni estaba entre sus planes tenerlos en un futuro próximo. Sirvieron así de comparación para establecer el principio anunciado: amor, cerebro e instinto van de la mano. Se arrastran, se influyen y permiten la vida.

 
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