Las claves de la final: pronóstico incierto y póker de favoritas
La femenina Burlonas desafía a las cuatro grandes "con el mejor repertorio de final" en sus nueve años de historia
La finalísima de murgas de este viernes (Recinto Ferial, 20:30 horas) presenta pronóstico incierto y la necesidad de saciar la sed de buenas actuaciones que dejaron las fases, mediocre y gris sobre todo la última. Todo lo que no sea la victoria de alguna de las cuatro grandes que ya han triunfado en este decenio (Diablos Locos, Bambones, Zeta Zetas y Mamelucos) sería un sorpresón, pero la creciente Burlonas presenta "el mejor repertorio de finalista" en sus nueve años de vida y se propone romper el último gran techo de cristal del certamen: que una femenina se adjudique el concurso de Santa Cruz. A priori, parece una quimera. No por falta de méritos, sino porque incluso tras una muy brillante preliminar el jurado les otorgó la tercera peor puntuación de todas las finalistas. Una injusticia que aún puede repararse.
Tras la participación fuera de concurso de la Ni Fú Ni Fá (con cambio de director pero sin renunciar a sus orígenes), la primera finalista en subir a cantar será Diablos Locos. Vienen cargados de sorpresas -una de ellas se producirá nada más empezar a descontar el minutero- y con mucha emoción porque coincidiendo con su cincuentenario se produce el anuncio relevo en la dirección. Al veterano y carismático Masi le releva un Tomy Carvajal sobradamente preparado y repleto de entusiasmo. Aspiran a convertir sus bodas de oro en una fiesta del humor. Parten con la mejor puntuación de las finalistas y viajarán desde un musical 'made in Víctor Asensio' (en el Congreso de los Diputados) a otra producción de la factoría trónica, 'La purga murguera', en la que depositan casi todas sus esperanzas de auparse al podio. Ganaron en 2011 y 2015, pero han sido frecuentes sus visitas al olimpo de las premiadas (segundos en 2013, terceros en 2014 y accésit el año pasado).
La final brindará otro de sus platos fuertes en la segunda actuación de la noche, a cargo de Los Mamelucos. La brillantez en las voces está garantizada de la mano de Xerach Casanova, que en la fase exhibió tablas y magisterio. Huirán de la densidad de los temas que quemaron en la preliminar para hacerse comerciales desde el principio. Su primera apuesta es 'Los spoiler', una canción que juega a anticipar acontecimientos y que brindará más de una carcajada. Pero sobre todo hay crítica y buena letra en el repertorio de Airam Bazzochi, que deja para el final una apuesta de muchos quilates y en la que la murga se pone en el lugar de otros. Promete. Acabarán su actuación por todo lo alto.
De las ocho murgas en concurso este viernes, hay algunas que ya han disparado sus mejores balas para conseguir el pase. Y así lo reconocen por ejemplo Los Desbocados, terceros en cantar en final y cuyo gran premio es haber logrado traspasar el umbral de las fases al undécimo intento. La espera se hizo larga y el jurado premió su perseverancia en el gusto por las buenas letras, que aún hubieran brillado más si no se quedan a última hora sin la presencia sobre las tarimas de Suso, Cristo y Toño, que ya estaba apalabrada y alguien vetó. Tendrán el reto de cantar sobre un tema ya muy cacareado en los concursos infantil y adulto, como es el cambio climático, si bien prometen hacerlo desde un prisma diferente y original. Su segunda interpretación sacará punta a una calculadora humana. "Hemos preparado cuatro temas y vamos a cumplir el sueño de cantarlos los cuatro", enuncia su alma máter, Juani Padilla.
Cuartos de la noche serán los actuales campeones, dispuestos a defender su corona con las cartas que los han hecho grandes. Este año presentan un plus por el trabajo prodigioso de Richard Casanova en el apartado musical, al que sacaron tanto partido como a la voz descomunal de Besay en una presentación sinfónica que reproducirán otra vez este viernes. Pero con el aderezo de un Recinto lleno hasta los topes. Parecen empeñados en rebatir las críticas que reciben a través de sus temas a concurso. En la final defenderán que ellos sí tienen letra (en el más estricto sentido de la palabra) y luego sacarán una pantalla publicitaria. Efecto visual y mucho más para revalidar el Primero de Interpretación. Sería el tercero para Zeta Zetas en los últimos cuatro años.
La Traviata se clasificó para la final por los pelos, en gran parte porque reservó para la gran noche murguera uno de sus temas estrella. Los de El Toscal se mantendrán instalados en la crítica social con dos hilos conductores muy potentes, 'Los protagonistas' y 'Las esquelas'. El segundo tiene tanta profundidad que puede llegar a valer un cartón como el del año pasado, que no esperaban. "Ya estamos en la final así que ándense con cuidado, que si alguien resbala...", bromea Josechu Álvarez, su inconfundible director. Su primer reto es mejorar la musicalidad de la fase (es su primer año sin 'El Flaco') para sacar punta al talento de Carlos Casanova, su letrista de cabecera.
La presencia de Los Bambones en una final de murgas siempre trae consigo uno de los momentos álgidos de la velada. La afición se derrite ante su pasacalles y con las consignas de Primi Rodríguez, quien ve a su grupo más unido y armado que nunca. En las horas previas al comienzo de las fases ya advirtió de que venían con un repertorio equilibrado y con cartas para optar al Primero. Las expectativas se cumplieron con una fase más que notable, en la que ofrecieron sobredosis de letra e ingenio a partes iguales. Quedó entonces la impresión de que Bambones aún puede dar un paso adelante, el que buscan ahora en la final. Intentarán convencer al jurado con dos interpretaciones marca de la casa: en el primero calibrarán su porcentaje de éxito y en el segundo brindarán al Recinto un subidón energético. Temas para ganar.
La advertencia de Adela Peña, alma máter de Burlonas, es una invitación a sentarse a escucharlas. "Vamos con el mejor repertorio de finalistas en nueve años de historia", admite. Es normal que las puntuaciones pobres del jurado en fases les dejasen mal sabor de boca. Pero más llena el aplauso unánime a la profundidad de sus letras, perfección en la rima y contundencia en la crítica. Desde antes de empezar el concurso ya advierten de que este año no han venido solo para cantar cuatro temas, sino para persuadir al jurado de que merecen su primer podio. Ya va siendo hora. Cantarán lo que quiera la mayoría. "Esperamos volver a sentir la conexión con el público que tuvimos el lunes; fue maravillosa", apunta Adela.
Y cerrarán Los Trabachones. Tiene mucho mérito lograr un pase indiscutido en su primer año de vida. Ahora bien, su acceso a la corte de las finalistas no fue ninguna sorpresa. Su trabajo venía avalado por componentes con larga experiencia en otros grupos (Los Trabas, por ejemplo, que les dieron CIF, local y filosofía) y por el trabajo preciso de Judo en las voces (al que conocieron a su paso por la norteña Chaladas) y la solidez en la dirección de Yone Expósito. "Caímos de pie en la fase y esperamos que pase lo mismo en la final", apunta antes de anticipar un cambio de registro para su actuación del viernes. Irán del "síndrome de Truman" al "congreso de los disgustados", o sea que pisarán el mismo territorio que antes Diablos. A su favor, que juegan sin presión. Van a disfrutar... y a sorprender.
La presencia de Trabachones y Desbocados en la lista de finalistas no será la única novedad de la noche, que cambia de maestro de ceremonias (Raúl García por Alexis Hernández) e introducirá una cámara en la sala de deliberaciones para acercar al público el momento cumbre. El de la proclamación de vencedores para el mejor concurso de murgas del planeta. El fallo de Presentación ya está decidido y todas las quinielas apuestan a la presencia en el podio al mejor disfraz de Los Mamelucos, Diablos Locos y Burlonas. ¿Por este orden?